*** El autor repasa el programa de gobierno presentado por Carlos Prosperi, llamado «Plan de la Prosperidad». Propone fomentar la descentralización y dar más competencias a las regiones.
Por Julio Castellanos
El pasado 2 de marzo, Carlos Prosperi, diputado y precandidato presidencial, presentó su plan de gobierno acompañado por la militancia de AD «en resistencia», la única AD existente y reconocida nacional e internacionalmente aunque le sean secuestradas sus siglas y sedes por los agentes del oficialismo. A la fecha es el primer aspirante a la presidencia que lo hace y que lanza al ruedo ideas para solucionar los graves problemas del país. Es un candidato que lleva varias “primeras veces” en el marco de su precampaña, el primero en recorrer el país apoyando a los candidatos en las pasadas elecciones regionales por la unidad, el primero en “mudarse” a Barinas para luchar por el incontestable triunfo electoral de Sergio Garrido frente al desmedido ventajismo oficialista en el otrora feudo de la revolución y el primero en celebrar concentraciones masivas tanto en las principales ciudades del interior del país como en la Venezuela profunda demostrando que sus respaldos son de carne y hueso antes que números en una encuesta.
El “Plan de la Prosperidad” recoge aportes de múltiples expertos de altísima calificación profesional y aborda distintas dimensiones de la compleja realidad que recibirá el nuevo gobierno tras las elecciones del 2024, es importante que los ciudadanos procedan a leerlo y comparar la oferta socialdemócrata con la vergüenza nacional llamada “Revolución Bolivariana” y el impresentable madurismo.
Particularmente deseo resaltar las propuestas de Carlos Prosperi en relación a la descentralización administrativa y la democracia local. Cito “fomentaremos al máximo la descentralización. Daremos más competencias y más recursos a Estados y Municipios para que los problemas locales sean resueltos localmente. Pretendemos dar un nuevo impulso al proceso de descentralización que inició en el año 1989 el presidente Carlos Andrés Pérez. Vamos a darle un nuevo sentido al Consejo Federal de Gobierno, regresando a los estados y municipios autonomía plena en el manejo de los recursos correspondientes al situado constitucional. Revertiremos el centralismo financiero que ha impuesto el «sistema Patria».
Es obvio que la voz y el anhelo de los activistas municipalistas ha sido escuchado con atención por Prosperi, para todos es sabido que la constitución vigente establece un “Estado Federal y Descentralizado” pero este año el madurismo le arrebató a todos los alcaldes y gobernadores (oficialistas u opositores) el 72% del situado constitucional. Indiferentemente quien sea el alcalde o gobernador, sus recursos presupuestarios deben ser respetados porque así también respetamos la voluntad de los ciudadanos que libremente los han elegido. Es claro que estamos frente a dos caminos bien definidos: o le ponemos fin al estéril centralismo y entregamos recursos a los alcaldes y gobernadores o nos hundimos en la cada vez más ancha brecha madurista entre Las Mercedes opulenta y el “interior” empobrecido.
Mención especial merece la claridad del “Plan de la Prosperidad” con respecto a la voracidad fiscal que agobia a los venezolanos en la actualidad. De hecho, Prosperi reafirmó su aspiración de “acabar con la inmensa voracidad fiscal del actual régimen, donde los impuestos son una piedra de tranca para el desarrollo económico nacional. Eliminar el Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras. Revisión exhaustiva de los verdaderos montos de recaudación para crear un sistema recaudatorio justo y equilibrado, donde todos tributen realmente según su posibilidad económica y, a la vez, sean fomentados económicamente quienes aporten más socialmente”.
Creo que los venezolanos merecen y esperan un debate presidencial de altura, con sentido de Estado, con ideas concretas para construir el futuro. Ojalá así sea, tanto para la campaña de las primarias de la Plataforma Unitaria como para la elección presidencial, democratizar al país y reconciliarnos después de tantos odios vertidos implica restituir entre nosotros las prácticas propias de la democracia, entre ellas: el voto, el debate libre y la participación ciudadana en los asuntos públicos. Bien por Carlos Prosperi.
Julio Castellanos es politólogo y militante de Acción Democrática.
Las opiniones publicadas en El Nuevo País son responsabilidad absoluta de su autor.