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Maduro y China: Con Dios y con el diablo

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, afirmó este lunes que las relaciones entre su país y China están en su «más alto nivel» y que han alcanzado su mejor nivel de confianza mutua, trabajo y cooperación. Durante una alocución transmitida por el canal estatal VTV con motivo de la despedida del embajador chino, Li Baorong, Maduro agradeció a China su espíritu de cooperación y solidaridad con Venezuela.

«Las relaciones entre China y la patria de Bolívar han alcanzado su mejor nivel de confianza mutua, trabajo y cooperación. La República Popular China es un gran poder y su liderazgo está comprometido con la defensa de la paz y la cooperación mundial», dijo Maduro en su intervención.

El presidente venezolano también destacó la importancia del principio de «una sola China» y reiteró su apoyo al país asiático en su defensa de su soberanía y en contra de las «provocaciones permanentes para tratar de manipular los temas exclusivos de la soberanía de China».

Por su parte, el embajador de China en Venezuela, Li Baorong, afirmó que las relaciones con el gobierno de Nicolás Maduro «son un ejemplo para el mundo». Durante la actividad llevada a cabo en el Palacio de Miraflores, Maduro otorgó al embajador chino la Orden Francisco de Miranda en su primera clase Generalísimo tras concluir su ciclo diplomático en el país.

Las relaciones entre Venezuela y China han sido estrechas en los últimos años, con acuerdos bilaterales que incluyen la inversión china en la industria petrolera venezolana y la entrega de ayuda humanitaria y financiera en momentos de crisis económica. En 2020, China envió equipos médicos y suministros a Venezuela para ayudar en la lucha contra la pandemia de COVID-19.

Además, el gobierno chino ha apoyado a Venezuela en su lucha contra las sanciones impuestas por Estados Unidos y otros países occidentales, considerándolas una violación a la soberanía del país sudamericano. En 2020, China y Rusia lideraron un esfuerzo para bloquear una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que habría impuesto sanciones a Venezuela.

Sin embargo, Maduro ha intentado tener con Estados Unidos una relación óptima basada en los negocios. A pesar de que Washington no tiene embajada en Caracas ni viceversa, Miraflores mantiene comunicación constante con la Casa Blanca en el marco de la negociación para la regularización de Venezuela. Maduro, descarnadamente, se ha ofrecido públicamente para llenar el vacío dejado en Occidente por el petróleo ruso controlado por su aliado Vladimir Putin.