Según el autor, a pesar de haberse rasgado las vestiduras en público, son pocos los que se comen el cuento que lo que está en juego con este incidente -de proporciones tan escandalosas- es la lucha contra la corrupción.
Por Carlos Canache Mata
Se sube el telón
He aquí el tinglado en el que se ha montado la tragicomedia, el sainete o la farsa –como usted quiera- sobre el desfalco, en grandes proporciones, de PDVSA:
Habla Nicolás Maduro: “En el caso de PDVSA y estas mafias (…) que estamos golpeando en todos sus mecanismos, vamos nosotros, ustedes lo van a ver, vamos nosotros a limpiar plenamente PDVSA de todos estos mecanismos, de todas estas barbaridades, de toda esta gente que roba el dinero del pueblo, con medidas draconianas, de reestructuración al más alto nivel”.
Se lee un tuit de Tareck El Aissami, donde expresó: “En virtud de las investigaciones que se han iniciado sobre graves hechos de corrupción en PDVSA, he tomado la decisión de presentar mi renuncia como Ministro de Petróleo, con el propósito de apoyar, acompañar y respaldar totalmente este proceso”.
Interviene el editorialista de El Nacional del día 21 de marzo, y dice: “Durante la turbia y perniciosa gestión de El Aissami, PDVSA firmó varios contratos con la firma Walker International LLC que tiene su base de operaciones en una pequeña casa en Sarría (próxima al centro de Caracas). Una empresa de maletín que en una sola operación generó ganancias por 114 millones de dólares, en detrimento del país y de la empresa petrolera. Los contratos se suscribieron con la autorización de El Aissami y la firma de Joselit Ramírez, Jefe de la Superintendencia Nacional de Criptomonedas (Sunacrip)”. Añade el editorialista: El Aissami “carecía de la preparación y competencia indispensable para estar al frente de la industria petrolera, a la que accedió como parte de los reacomodos de los grupos en el poder, que ahora pasaron su factura y descabezaron a El Aissimi y sus allegados”.
Carolina Jaimes Branger, desconcertada, expresa: “Yo no sé qué es lo que está detrás de esta súbita razia en contra de Tareck El Aissami y su grpo. Tampoco sé por qué no lo detuvieron como jefe del clan. Obviamente, lo de ‘caiga quien caiga’ no es tan cierto…Si algo tiene El Aissami es inteligencia y contactos internacionales. Y esto se puede complicar de mil maneras”.
El economista Humberto García Larralde lee un interesante artículo –“Llegando al llegadero”- que publicó en los medios el día 28 de marzo, en el que reza: “…Al entrar en vigencia el veto impuesto por el gobierno de Estados Unidos al petróleo venezolano en 2019, la respuesta de Maduro (fue) buscar cómo trampearlas. Y aquí entra en escena Tareck El Aissami y el artificio de las criptomonedas…Las conexiones iraníes y con el Medio Oriente de El Aissimi resultaron ser de gran utilidad. Aparecen intermediarios…El trasbordo de la carga en alta mar, la transacción en criptomonedas y otros giros permitirían camuflar estas operaciones… Al ser sustituido Asdrúbal Chávez por el coronel Tellechea en la presidencia de PDVSA , se detecta un faltante significativo de ingresos que lleva a auditar las transacciones comerciales. Y se encontró que el hueco, inicialmente estimado en unos 3.000 millones de dólares, podría llegar a ser aún mayor. La agencia Reuters reporta 21,2 millardos de dólares en cuentas por cobrar y que a muchos de esos deudores se les ha perdido la pista… Y cayó el grupo asociado a Tareck El Aissami entre quienes se incluye un exministro, un alcalde, altos oficiales militares, el superintendente de criptomonedas, empresarios y otros… A pesar de haberse rasgado las vestiduras en público, son pocos los que se comen el cuento que lo que está en juego con este incidente -de proporciones tan escandalosas- es la lucha contra la corrupción. Todo hace pensar en un ajuste de cuentas… Pero Maduro se ve obligado a asumir el término de ‘mafias’ para referirse a quienes, hasta ayer, eran íntimos colaboradores… Pero, al llegar la destrucción a los extremos vistos en Venezuela, ya no hay cómo satisfacer las apetencias de quienes sostienen el proceso. ¡Pero todavía pretenden cobijarse detrás de una retórica ‘revolucionaria’! Es muy probable que esta pelea entre mafias no termine ahí… ¿Estaremos ´llegando al llegadero’?
Se baja el telón.
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