Serguéi Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, llegó a Venezuela este martes en una visita enmarcada en la gira que realiza por la región latinoamericana. Está previsto que, tras su estadía en Venezuela, el canciller visite Cuba y Nicaragua, países que mantienen intensas relaciones económicas y políticas con Rusia.
Lavrov, fue recibido en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía por el viceministro para Europa, Franklin Ramírez, y el embajador de Rusia en Venezuela, Sergei Mélik-Bagdasárov. El alto funcionario ruso se reunirá con Nicolás Maduro.
El canciller llegó a Caracas tras su visita a Brasil, donde se reunió con el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, así como con el ministro de Exteriores, Muro Vieira.
Por su parte, el canciller Yván Gil ofreció este martes una rueda de prensa conjunta con Lavrov, donde señaló que, durante una reunión privada, repasó los acuerdos con Rusia para «seguir avanzando en todos los aspectos», sobre todo en el área energética, financiera, conexión aérea y marítima, además del ámbito comercial.
Gil adelantó que los Bancos Centrales de ambos países analizan el lanzamiento de una tarjeta para permitir a los turistas rusos consumir en Venezuela «sin pasar por las grandes transnacionales».
«Ha sido una reunión muy fructífera y vamos a seguir trabajando para fortalecer las relaciones entre dos socios estratégicos», dijo Gil
Por su parte, Lavrov adelantó que Rusia y Venezuela actualmente tienen proyectos de exploración de petróleo, farmacéutica y tecnología, así como en el ámbito cultural, educación y deportes.
«También hablamos sobre la situación en el escenario internacional. Venezuela es uno de los socios más fiables en el mundo. Estamos comprometidos a los principios básicos de la ONU, y tenemos posturas similares acerca de la protección de los pueblos», dijo Lavrov.
También conversaron sobre la guerra ruso-ucraniana, acusando al presidente Vladímir Zelensky de «intentar destruir la lengua rusa».
El canciller ruso aseveró que es necesario unir fuerzas con los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela con el propósito de «contrarrestar los intentos de chantaje y presión unilateral ilegal de Occidente».