Ataques en Rusia: ¿qué gana y qué arriesga Kiev?

Ataques

La guerra de Ucrania da un nuevo giro. Cada vez hay más operaciones militares en territorio ruso. ¿Qué hay detrás de esto y cómo está reaccionando Occidente?

Publicado en dw.com

Todo se repite. Como en los últimos días, Rusia volvió a bombardear Kyiv a gran escala este miércoles 31 de mayo de 2023 por la noche. Un día antes, un ataque masivo con drfones sobre la región de Moscú ocupó los titulares de todo el mundo.

Aunque ya a principios de mayo se interceptaron drones sobre el Kremlin por primera vez desde la invasión rusa de Ucrania, ahora se tiene la impresión de que la guerra recién acaba de extenderse más allá del territorio ucraniano. «La guerra ha llegado a Rusia», escriben los medios occidentales. Pero no es así.

Durante casi un año se han producido ataques con drones, principalmente contra infraestructuras militares y energéticas, no solo en los territorios de Ucrania anexionados por Rusia, incluida Crimea, sino también en la propia Federación Rusa. Uno de los primeros objetivos fue una refinería en la región de Rostov en junio de 2022. Los ataques más al interior fueron menos frecuentes. En diciembre, por ejemplo, el estratégico aeródromo de Engels fue atacado dos veces.

¿Qué hay tras los ataques con drones a Moscú?

«Es evidente que la parte ucraniana quiere llevar el horror de la guerra también a la capital rusa. Quieren dejar claro a la población que el Estado no es capaz de protegerles, ni en las regiones fronterizas ni en Moscú», declaró a DW el politólogo austriaco Gerhard Mangott. Para el experto en Rusia, esto socava los intentos del poder estatal de «crear la impresión en la sociedad rusa de que no hay ninguna guerra, de que todo es normal».

El periódico de Kiev Liwyj Bereh también habla de un efecto psicológico y militar. «Esto se llama reconocer el peso de la guerra», afirma el columnista Kirill Danilchenko. Considera un «éxito» militar que los sistemas rusos de defensa antiaérea estacionados en Moscú no se utilicen en el frente de Ucrania.

El experto militar berlinés Gustav Gressel, del laboratorio de ideas Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, cree que hay que distinguir entre los ataques con drones y los sucesos de Belgorod. Los ataques con drones contra Moscú son «instrumentos de guerra psicológica para sacar a la nomenklatura rusa de la cama incluso de madrugada con truenos parpadeantes», declaró Gressel a DW.

«La historia de Belgorod y los ataques en la zona fronteriza, en cambio, están relacionados con la contraofensiva», opina Gressel, quien añade que Ucrania quiere obligar a Rusia a asegurar más su frontera con Ucrania y, para ello, Rusia tendría que retirar tropas de Ucrania. El experto opina que hasta dentro de unas semanas no se sabrá si esto mejorará las posibilidades de éxito de las fuerzas armadas ucranianas en la contraofensiva.

Cómo reacciona Occidente al ataque con drones

Occidente está reaccionando con moderación a los últimos acontecimientos. En respuesta a una pregunta de DW, un portavoz del Gobierno alemán declaró el miércoles que el derecho internacional permite a Ucrania atacar territorio ruso en defensa propia, pero añadió que Berlín estaba en contra del uso de armas alemanas suministradas a Kyiv en el proceso.

La reacción de Estados Unidos, el principal proveedor de armas de Ucrania, fue similar. El portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, afirmó que no se habían utilizado armas estadounidenses en los ataques contra Moscú. Al mismo tiempo, subrayó que EE. UU. “no apoya ataques dentro de Rusia”.

Anteriormente, sin embargo, representantes del “Cuerpo de Voluntarios Rusos” habían utilizado al menos vehículos blindados estadounidenses en su incursión en territorio de la Federación Rusa. Gustav Gressel espera que algo así no vuelva a ocurrir, «porque eso podría poner los pelos de punta a los alarmistas de la escalada en Washington».

«La Casa Blanca en particular es extremadamente cautelosa, Kyiv debería ser más prudente», afirma Gressel. Pero, en general, está convencido de que «Ucrania está en su derecho de atacar objetivos en Rusia». Según este experto del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, «nadie le pidió a Putin que empezara esta guerra. Ahora tiene que vivir con las consecuencias».

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