Según un informe de The Wall Street Journal (WSJ), las autoridades de Estados Unidos sospechan que las grandes empresas de telecomunicaciones chinas, como Huawei y ZTE, podrían estar desempeñando un papel en la expansión de las operaciones de espionaje del régimen chino desde Cuba. Se cree que China y Cuba están negociando la creación de una nueva instalación de entrenamiento militar conjunto en la costa norte de la isla.
La administración Trump rastreó a los empleados de estas compañías chinas que entraban y salían de instalaciones en Cuba sospechosas de albergar operaciones de espionaje. La implicación de estas empresas en actividades de espionaje ha sido una preocupación de largo plazo para los funcionarios de EE.UU., que han intentado persuadir a sus aliados para que excluyan a Huawei de sus redes de telecomunicaciones 5G.
El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, expresó «profundas preocupaciones» sobre las actividades de espionaje y militares de China en Cuba. Además, aseguró que se mantendrían monitoreando la situación de cerca y protegerían los intereses nacionales.
Por otro lado, Mike Gallagher, miembro de la Cámara de Representantes de EE.UU. por el partido republicano, envió una carta a la directora de Inteligencia Nacional y a la secretaria del Departamento de Comercio, solicitando claridad sobre las políticas para controlar la exportación de tecnología estadounidense a empresas de telecomunicaciones chinas. En su carta, Gallagher sugirió que las operaciones comerciales de estas empresas en Cuba podrían proporcionar una cobertura para que los funcionarios de inteligencia chinos viajen hacia y desde la isla sin despertar sospechas.
Huawei ha negado estas acusaciones y afirma que se compromete a cumplir con todas las leyes y regulaciones aplicables donde opera.