El motín de Wagner: ¿principio del fin para Putin?

Wagner

Después del motín de Prigozhin quedan muchas interrogantes. Pero una cosa es segura: parece haberse alcanzado un punto de inflexión en el gobierno de Putin. Las consecuencias para Ucrania son todavía inciertas.

Por Frank Hofmann – Publicado en dw.com

El «emperador está desnudo» tras el motín de Grupo Wagner. En esto coinciden la mayoría de los analistas internacionales de los acontecimientos ocurridos Rusia. Por lo demás, existe una profunda confusión sobre las consecuencias que esta acción liderada por el líder del grupo, Yevgeny Prigozhin.

«Lo más importante es que Putin ha perdido claramente autoridad», afirma Fabian Burkhardt, el experto alemán en Rusia, en una entrevista con DW. Sobre quién es el ganador en toda la estructura de poder rusa, eso está por ver. En su opinión, «lo más probable es que muchos actores en Rusia se hayan visto sorprendidos por esta acción», afirma.

¿El principio del fin para Putin?

«Para mí es el principio de un colapso del sistema», dice Irina Scherbakova, cofundadora de la organización de derechos humanos Memorial, prohibida en Rusia, en una entrevista con el medio público alemán Deutschlandfunk.

Por su parte, Timothy Snyder, historiador y profesor de Yale, en Estados Unidos, escribe: «En ninguna ciudad rusa se pudo ver a nadie expresando su apoyo personal a Putin o incluso arriesgándose personalmente por defender su régimen».

La marcha de Prigozhin sobre Moscú demostró al pueblo ruso, así como al mundo entero, «que una pequeña fuerza» podía llegar a Moscú con relativa facilidad, describe Snyder. «Ese no era el caso antes de que el grueso de las fuerzas armadas rusas se desplegara en Ucrania», unidades que ya no están disponibles en Rusia.

¿Acaso los recientes acontecimientos en Rusia describen también un «punto de culminación» político para Putin, es decir, el principio del fin de su gobierno? Eso es lo que cree Sherbakova, fundadora de Memorial, que vive exiliada en Berlín. Sin embargo: «No sabemos cuánto tiempo llevará».

Para Timothy Snyder, la «apatía» que él percibe en Rusia «sugiere que la mayoría de los rusos hoy en día simplemente asumen que están gobernados por el gángster con más armas. Y que seguirán con su vida cotidiana, sin importarles quién sea ese gángster». No obstante, «si se ve acorralado, Putin se salvará», afirma.

Presión sobre el agresor

Esto llama la atención sobre los combates en el sur y el este de Ucrania y la pregunta: ¿Puede Putin intensificar la guerra allí una vez más para consolidar su base de poder en el Kremlin? ¿O se verá el motín del Grupo Wagner como el principio del fin de la guerra?

Las guerras generalmente terminan, escribe Snyder, «cuando se siente la presión dentro del sistema político». Y echando un vistazo a las más de 50 naciones que apoyan a Ucrania, encabezadas por Estados Unidos, Snyder lo tiene claro: «Los que quieren que esta guerra termine deberían ayudar a los ucranianos a ejercer esa presión».

Hasta ahora, no está claro siel ejército ucraniano en el frente puede aprovechar lo que está ocurriendo en Rusia. Sobre todo, si realmente han debilitado la capacidad de combate de las fuerzas armadas rusas. Según el experto alemán en seguridad Nico Lange, también es difícil evaluar lo que los soldados rusos en Ucrania han obtenido realmente del motín, dijon una entrevista con DW. «Les han quitado los teléfonos móviles y están muy desconectados de la realidad», afirma.

Malestar entre los mandos rusos en Ucrania

Según Lange, es probable que el malestar entre los mandos rusos haya aumentado. Además, falta en el frente el núcleo duro de las tropas de Prigozhin.

Por el momento, sigue sin estar claro con qué rapidez podrán integrarse en el ejército regular ruso los 25.000 efectivos de las tropas Wagner, después de que ocuparan el Alto Mando del ejército ruso en Rostov del Don (Rusia). La ciudad, de más de un millón de habitantes, es uno de los puntos neurálgicos para el abastecimiento de las fuerzas rusas en el llamado corredor terrestre entre Rusia y Crimea, que ocupa el ejército de Putin. El segundo es el puente de Crimea sobre el estrecho de Kerch.

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