El gobernador de Florida, Ron DeSantis, se ha apartado de la postura convencional de la mayoría de los votantes republicanos al reconocer explícitamente que Donald J. Trump perdió las elecciones de 2020. Esta divergencia de la narrativa típica del partido se produce en un momento en que los rivales republicanos de Trump exploran nuevas estrategias para desafiarlo.
En una entrevista con NBC News publicada el lunes, el gobernador DeSantis afirmó: «Por supuesto que perdió. Joe Biden es el presidente». Aunque DeSantis, quien está rezagado detrás de Trump en las encuestas para la nominación presidencial republicana, había calificado previamente las falsas teorías conspirativas de Trump sobre un fraude electoral como «infundadas», sus comentarios recientes representan un cambio notable en su enfoque.
Aunque DeSantis no se está distanciando por completo de la facción del partido republicano que niega los resultados electorales, sus declaraciones sugieren un cambio en la estrategia. En el pasado, evitó dar respuestas directas sobre sus creencias con respecto a la elección disputada. Incluso durante las elecciones intermedias de 2022, hizo campaña por candidatos que abrazaban la negación de los resultados electorales.
La postura más enérgica de DeSantis busca respaldar su argumento contra el liderazgo de Trump al resaltar el pobre desempeño del Partido Republicano en elecciones recientes. Este cambio también refleja un intento potencial por parte de los rivales de Trump de aprovechar sus problemas legales.
Sin embargo, el reconocimiento sincero de DeSantis sobre el resultado de las elecciones de 2020 podría ponerlo en desacuerdo con una parte significativa de la base republicana. A pesar del amplio consenso de que las elecciones de 2020 fueron seguras, alrededor del 70 por ciento de los votantes republicanos, según una encuesta de CNN realizada el mes pasado, todavía cuestionan la legitimidad de la victoria del presidente Biden. Trump continúa afirmando que él fue el ganador legítimo.
Si bien algunos de los principales rivales de Trump, como el exgobernador Chris Christie de Nueva Jersey y el exvicepresidente Mike Pence, han tomado una postura firme en contra de él, sus argumentos no han tenido un amplio impacto entre los votantes republicanos. Las cifras de las encuestas de Christie siguen siendo bajas, y Pence aún no ha calificado para el próximo debate republicano.
El cambio reciente en la retórica del gobernador DeSantis podría abordar las preocupaciones de ciertos donantes que buscan un enfoque más moderado. Un importante donante, Robert Bigelow, ha indicado que retendría fondos adicionales a menos que DeSantis adoptara una postura más moderada. La campaña de DeSantis ha enfrentado desafíos en recaudación de fondos, lo que resultó en despidos de personal.
Como parte de una «reiniciación» de su campaña, DeSantis ha ampliado su participación con medios de comunicación principales, alejándose de la práctica de entrevistas exclusivas con Fox News y comentaristas conservadores. Ha concedido entrevistas a diversas organizaciones de noticias y ha interactuado más con periodistas.
Si bien las declaraciones de DeSantis representan un paso hacia un enfoque más sincero, aún no ha confrontado directamente a Trump. Se abstiene de mencionar a Trump por su nombre en sus discursos ante los votantes, reservando la discusión del tema para preguntas de asistentes o periodistas.
Entre los candidatos republicanos, algunos han confirmado la legitimidad de las elecciones de 2020. El senador Tim Scott de Carolina del Sur, por ejemplo, afirmó que si bien hubo trampas, no creía que la elección fuera «robada». Sin embargo, los esfuerzos de algunos estados liderados por republicanos para endurecer las medidas de votación han enfrentado críticas por potencialmente privar del voto a ciertos electores.
En resumen, el reciente reconocimiento del gobernador DeSantis sobre la derrota de Trump en las elecciones de 2020 refleja un cambio sutil en su enfoque y estrategia. Aunque sus comentarios son precisos, podrían plantear desafíos con la base republicana, que sigue dividida en cuanto a la legitimidad de las elecciones. Esta dinámica subraya aún más el panorama en evolución dentro del Partido Republicano mientras navega en su dirección futura.