Miles de personas dieron este martes un último adiós a Sinead O´Connoral paso del féretro de la cantante por la localidad costera de Bray, Irlanda, donde efectuó una emotiva parada en la casa en la que vivió frente al mar durante 15 años.
Seguidores, amigos, músicos y vecinos de la artista cantaron, bailaron y lloraron al son de sus canciones, amplificadas desde colorida furgoneta que guiaba al cortejo fúnebre por el paseo marítimo de esta ciudad próxima a Dublín.
Uno de los momentos más emotivos se produjo cuando el cortejo pasó por su antigua casa en Montebello, en mitad del paseo marítimo de Bray, convertido en un «salón de la fama» y altar para los irlandeses. Allí, sus fans arrojaron flores y cantaron la canción más conocida de la cantante, Nothing Compares 2 U. En el exterior de la vivienda depositaron gran cantidad de flores y tarjetas, así como velas y notas escritas a mano en señal de agradecimiento.
Después, la comitiva de vehículos prosiguió su camino para asistir a un entierro privado, según informó la familia de O’Connor, quien, aseguró en un comunicado que amaba vivir en Bray y a su gente.
Antes de su último trayecto por el paseo marítimo de esta localidad, los familiares asistieron a un servicio funeral privado, en el que también estuvieron presentes el presidente de la República de Irlanda, Michael D. Higgins, y el primer ministro Leo Varadkar.
El oficio incluyó plegarias del imánShaykh Umar Al-Qadri, en honor a la religión de Sinéad O’Connor, quien se convirtió al islam en 2018 y cambió su nombre por el de Shuhada Sadaqat.
Además de ofrendas florales y fotografías, sus vecinos recordaron con pancartas el carácter reivindicativo de la artista, reconocida mundialmente por su música, pero también por las causas que defendió, como los derechos de las mujeres, de los menores y de la comunidad LGTBI, entre otros.
«Cuanto más cantó y habló de su propio dolor, así como de los omnipresentes pecados de la sociedad de los que era testigo, más resonaron su voz y palabras con su audiencia, a la que llegó al corazón», subrayó Al-Qadri en su oración. El imán destacó que todos los fieles del mundo recordarán ahora a la «amada hija de Irlanda«, entre ellos, agregó, «los muchos musulmanes que rezarán por su hermana de fe y humanidad»
Por qué importa: Uno de los momentos de más emoción de la despedida se produjo cuando el cortejo pasó por su antigua casa en Montebello, en mitad del paseo marítimo de Bray, convertido en un «salón de la fama» y altar para los irlandeses.