Las recientes restricciones impuestas por Washington para limitar las inversiones estadounidenses en ciertas empresas tecnológicas chinas han generado una fuerte respuesta por parte de Pekín, que advierte a la administración de Joe Biden que defenderá enérgicamente sus intereses.
El Ministerio de Exteriores de China calificó estas medidas como ejemplos de coerción económica y acoso tecnológico, instando a Washington a retirarlas de inmediato. Pekín considera que estas restricciones van en contra de la promesa de Biden de no desconectar de China y acusa a Estados Unidos de politizar asuntos comerciales y de seguridad.
La orden ejecutiva de Biden prohíbe a las empresas estadounidenses de capital de riesgo invertir en tres sectores estratégicos de la economía china: semiconductores, computación cuántica e inteligencia artificial. Esta medida representa uno de los pasos más significativos que ha tomado la administración Biden para limitar las inversiones en China y se produce después de meses de conversaciones con los miembros del G7, a quienes se les ha pedido tomar medidas similares.
El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, expresó la condena de la Unión Europea ante el asesinato del candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio y enfatizó la importancia de proteger a todos los candidatos para garantizar un proceso democrático libre. La UE expresó su solidaridad con la familia de Villavicencio y reafirmó su compromiso de apoyar la democracia en Ecuador.
El Ministerio de Exteriores chino considera que estas restricciones son una forma de frenar la inversión estadounidense en China y socavar su desarrollo, acusando a Estados Unidos de buscar mantener su propia hegemonía. China exige a Estados Unidos que retire inmediatamente estas restricciones y cree un ambiente propicio para la cooperación económica y comercial entre ambos países.
A pesar de estas tensiones, aún se desconoce cómo se implementará la orden ejecutiva de Biden, ya que está sujeta a un período de alegaciones en el que las partes interesadas, incluidas empresas con inversiones en China, podrán contribuir con sus opiniones. Se están considerando opciones como imponer cargos criminales a quienes incumplan las reglas y permitir excepciones para que las empresas estadounidenses sigan invirtiendo en bonos y acciones de compañías tecnológicas chinas.
En resumen, las tensiones entre Estados Unidos y China continúan en aumento debido a las recientes restricciones de inversión impuestas por Washington, generando preocupaciones sobre el futuro de las relaciones económicas y comerciales entre ambas naciones.