La Fiscalía de Perú informó este miércoles que abrió una investigación contra el presidente del Congreso, Alejandro Soto, como presunto autor de delito contra la administración pública.
El inicio de la investigación llega un día después de que la Procuraduría General Estado solicitase iniciar una investigación contra Soto por presunta concusión, delito que se configura cuando un funcionario público, abusando de su cargo, exige o hace pagar a alguien una contribución en provecho propio.
«La investigación también comprende a la ciudadana Phenélope Jhoana Contreras Cabezas (trabajadora del despacho del legislador) como presunta cómplice del referido delito», agregó la Fiscalía en un mensaje en su cuenta en la red social X, antes Twitter.
En días pasados, el programa dominical «Cuarto Poder» publicó una serie de chats que demostrarían que Soto cuenta con un grupo de troles encargado de contrarrestar las opiniones negativas en su contra en las redes sociales, mediante publicidad presuntamente pagada por sus trabajadores.
El dinero entregado por los empleados mensualmente de forma «voluntaria», por medio de Phenélope Contreras, pagaría las publicidades en redes sociales como Facebook, para que las noticias positivas sobre el legislador tuviesen un mayor alcance.
Soto respondió el martes en su cuenta de X a la Procuraduría que, con la «conciencia tranquila», se someterá a todas las investigaciones que se hagan desde la Fiscalía y el Poder Judicial y que demostrará que no ha cometido delito alguno.
El integrante del partido de Alianza para el Progreso, que asumió la presidencia del Parlamento el pasado 26 de julio, ha sido señalado también por presunto nepotismo, entre otras razones, por haber encubierto que debía pagar una reparación civil en medio de una denuncia por aparente difamación.
De igual forma ha sido cuestionado por respaldar una ley que tiene como objetivo que prescriban los delitos de estafa y apropiación ilícita que presentó en su contra la empresa de transportes Waynapicchu.
Por qué importa: Se supo que Alejandro Soto cuenta con un grupo de troles encargado de contrarrestar las opiniones negativas en su contra en las redes sociales, mediante publicidad presuntamente pagada por sus trabajadores.