Entre advertencias y tensiones globales: Lo que dejó la Cumbre del Este Asiático

Cumbre

La reciente reunión de líderes en Yakarta puso de relieve las crecientes rivalidades entre potencias mundiales.

Las alarmas están sonando y los líderes mundiales se encuentran en una encrucijada crítica. En medio de un clima de tensiones ascendentes y la sombra de una «nueva Guerra Fría», se llevó a cabo la Cumbre del Este Asiático en la capital de Indonesia, Yakarta. El evento reunió a las figuras más influyentes de 18 naciones, incluidos miembros de la ASEAN y representantes destacados de las principales potencias involucradas en la región, tales como Estados Unidos, China y Rusia.

El presidente indonesio, Joko Widodo, no escatimó en advertencias, haciendo un llamado apasionado a evitar un aumento de las tensiones. «Cada líder tiene la misma responsabilidad de no crear conflictos, no provocar nuevas tensiones y, al mismo tiempo (…) reducir los puntos de fricción,» enfatizó, y agregó una nota sombría, «Puedo garantizar que si no somos capaces de gestionar nuestras diferencias, seremos destruidos”.

La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, no dejó pasar la oportunidad de señalar temas críticos, incluyendo la «invasión ilegal de Ucrania por parte de Rusia», desafíos de seguridad en el mar de China Meridional y las amenazas que posan los misiles norcoreanos, según reveló a la prensa Daniel Kritenbrink, subsecretario de Estado estadounidense para el este de Asia.

Pero, contraviniendo las expectativas, estos puntos álgidos no encontraron su camino hacia la declaración conjunta final del encuentro, un documento que sorprendió por sus omisiones. «China se negó,» afirmó una fuente anónima al discutir la ausencia de menciones sobre el mar Meridional de China. Lo mismo sucedió con la crisis en Ucrania, con Rusia oponiéndose a cualquier referencia a ello en el texto, según señaló el mismo informante.

El Ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, tomó un tono acusatorio durante su intervención, señalando los riesgos de «militarización del este de Asia» y criticando la «penetración» de la OTAN en la región. También tachó a la alianza AUKUS, que involucra a Australia, Estados Unidos y el Reino Unido, de «conflictiva».

Mientras, el presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, estableció una posición clara contra cualquier intento unilateral de cambiar el status quo en el Mar de China Meridional, calificándolo de «inaceptable».

A pesar de las duras palabras y las tensiones palpables, hubo esfuerzos para mantener las líneas de comunicación abiertas. El Primer Ministro de Australia, Anthony Albanese, confirmó una próxima visita a Pekín este año tras reunirse con su homólogo chino Li Qiang.

Mientras la cumbre abrió un espacio vital para el diálogo, los expertos mantienen una perspectiva cautelosa, sin anticipar que el encuentro facilite una resolución significativa a las múltiples disputas regionales y globales en juego. Con la cumbre del G20 a la vuelta de la esquina, el mundo espera ansiosamente para ver cómo se desarrollarán estas conversaciones a nivel global en el escenario indio este fin de semana.

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