Anuncios económicos sustanciales y un tono de alerta contra China marcaron la visita de 24 horas del presidente estadounidense a Vietnam.
En un intento de fortificar alianzas y abrir nuevos horizontes económicos, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, envolvió su «visita histórica» a Vietnam con encuentros empresariales decisivos y advertencias no tan sutiles dirigidas hacia China, el gigante vecino de Vietnam.
Grandes negocios en el horizonte
En un paso significativo para fortalecer los lazos bilaterales, Biden anunció un contrato sustancial para Boeing, una de las joyas de la corona de la industria estadounidense, que verá una inyección de 7.800 millones de dólares para la fabricación de 50 aviones tipo 737.
Pero el acuerdo que realmente ha acaparado miradas es el que pone a Vietnam y EE.UU. a trabajar codo a codo en el mundo de los semiconductores, un sector económico esencial en el cual China ha mantenido una influencia significativa. El acuerdo estratégico busca crear cadenas de suministro más «sólidas», una palabra código para una dependencia reducida de China, al tiempo que busca darle a Vietnam los medios para elevar su capacidad productiva y avanzar a pasos agigantados en el campo tecnológico.
Un mensaje para China
A pesar de las maniobras económicas y estratégicas, Biden fue cauteloso al abordar el tema de China, enfatizando que su administración no tiene intenciones de “aislar” o “contener” a la nación asiática, descartando la iniciación de una “nueva guerra fría”.
Sin embargo, los tonos diplomáticos no pudieron ocultar por completo el mensaje subyacente, uno de advertencia y alerta, especialmente cuando Vietnam y Estados Unidos se unieron para advertir contra «las amenazas o el uso de la fuerza» en el disputado mar de China Meridional.
Honrando el pasado, mirando hacia el futuro
Mientras las conversaciones y acuerdos dibujan una hoja de ruta para el futuro de la relación bilateral, Biden también tomó un momento para mirar hacia atrás, honrando a un héroe estadounidense de la guerra de Vietnam, en una muestra de respeto y reconciliación por los eventos del pasado doloroso que comparten ambas naciones.
Con su visita a Vietnam, Biden no solo afianza la posición de Estados Unidos en una región de creciente importancia geopolítica, sino que también lanza un mensaje claro: EE.UU. está dispuesto a formar alianzas sólidas y mutuamente beneficiosas, teniendo en cuenta tanto las lecciones del pasado como las oportunidades del futuro.