En la Asamblea General de la ONU, el régimen de Maduro propone una alianza global contra las sanciones.
En una Asamblea General de la ONU cargada de tensiones y discursos agudos, Venezuela ha intensificado su denuncia contra las sanciones impuestas por potencias occidentales. Este jueves, el régimen de Nicolás Maduro presentó un paralelismo bastante audaz al comparar estas sanciones económicas con «armas de destrucción masiva».
La propuesta estrella del día fue el «mapa geopolítico de sanciones». Una plataforma digital donde cualquier interesado puede rastrear las sanciones que Estados Unidos y la Unión Europea han impuesto a unos 30 países. No es sorprendente que naciones como Rusia, China, Irán y Cuba, todas bajo el ojo crítico de las sanciones occidentales, aplaudieran esta innovadora herramienta.
Samuel Moncada, el embajador venezolano ante la ONU, ofreció una visión bastante sombría de las sanciones. Las describió como herramientas utilizadas por naciones poderosas para «controlar a las naciones débiles». Además, argumentó que estas sanciones son «armas de destrucción masiva», ya que limitan el desarrollo de naciones enteras, afectando especialmente a los más vulnerables.
A la luz de estos argumentos, Moncada propuso algo atrevido: la creación de una «zona internacional libre de sanciones», conformada por países que se opongan activamente a estas medidas.
Rusia, que ha sido castigada por su intervención en Ucrania, ha estado en la vanguardia del discurso anti-sanciones. Durante el evento, Dmitri Chumakov, representante ruso, pidió aumentar la presión sobre el Secretario General de la ONU para monitorear el verdadero impacto de las sanciones, resaltando que «debemos comprometernos con esta causa» si de verdad se desea proteger a las poblaciones más vulnerables.