Bob Menéndez, un senador demócrata de ascendencia cubana, se encuentra nuevamente bajo escrutinio tras ser acusado de aceptar sobornos en un escándalo que implica al Gobierno de Egipto.
No es la primera vez que el nombre del senador Bob Menéndez se asocia con términos como «soborno» y «fraude». Sin embargo, este viernes, la Fiscalía federal para el Distrito sur de Nueva York arrojó luz sobre un nuevo escándalo en el que Menéndez y su esposa, Nadine, supuestamente recibieron «cientos de miles de dólares en sobornos» vinculados al Gobierno de Egipto.
El fiscal federal Damian Williams desglosó las acusaciones con sorprendentes detalles: «El senador Menéndez usó su poder e influencia, incluso su papel en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, para beneficiar al Gobierno de Egipto». Williams detalló que parte de los sobornos incluía dinero en efectivo, oro, pagos de hipotecas, y un lujoso Mercedes-Benz.
Quizás uno de los detalles más impactantes fue el descubrimiento durante un allanamiento del FBI: «$500.000 en efectivo, escondidos en sobres, armarios y hasta en los bolsillos de la chaqueta del senador».
Wael Hana, José Uribe y Fred Daibes son los tres empresarios que supuestamente sobornaron a Menéndez. Mientras que el senador y su esposa enfrentan tres graves cargos, estos empresarios enfrentan dos.
Pero Williams dejó en claro que esto es solo el comienzo, alentando a cualquiera con información adicional a que se presente.
En medio de la tormenta, Menéndez defendió su inocencia y sugirió que este es un ataque motivado racial y socialmente: «Quienes están detrás de esta campaña simplemente no pueden aceptar que un latinoamericano de primera generación… pueda llegar a ser senador de Estados Unidos».
Y aunque la carrera de Menéndez ha tenido sus altos y bajos, la noticia de que renunciará a su cargo por esta acusación sacudió a muchos. Especialmente porque este no es su primer rodeo con la justicia: en 2015, fue acusado de aceptar donaciones y obsequios de un oftalmólogo de Florida, aunque esos cargos eventualmente fueron abandonados.
Sin duda, el legado de Menéndez quedará marcado por estos escándalos, y queda por ver cómo se desarrolla este último capítulo en los tribunales.