El mafioso más buscado de Italia, una figura esquiva de la Cosa Nostra, cierra su capítulo en medio de secretos y revelaciones.
En lo que podría parecer el final de un thriller de mafia, Matteo Messina Denaro, el esquivo jefe de la Cosa Nostra que alguna vez eludió a las autoridades durante tres décadas, ha cerrado su último capítulo. Según fuentes locales, el cáncer de colon se llevó al mafioso de 61 años.
Habiendo estado en el radar de las autoridades desde los turbulentos años 90, Denaro fue arrestado a principios de este año, dejando atrás su legado como el fugitivo más buscado de Italia. Estaba recluido en la prisión de máxima seguridad de L’Aquila, bajo medidas de aislamiento extremas, hasta que su salud comenzó a deteriorarse.
«El criminal había dejado un ‘testamento biológico'», revelaron fuentes cercanas al caso. El documento expresaba su deseo de que, en caso de un estado irreversible, no se prolongara su vida mediante tratamientos o máquinas.
Pero incluso en sus momentos finales, Denaro no estuvo solo. A su lado en el hospital estuvo su hermana Giovanna, su sobrina y abogada Lorenza Guttadauro, y Lorenza, su hija de 27 años. «A la que vio por primera vez el pasado abril cuando fue a visitarlo a prisión», según los informes.
Conocido por apodos como «Diabolik» o «U Siccu», Denaro fue una figura central en una serie de atentados en los años 90, incluidos los que llevaron a la muerte de los jueces antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino.
Y mientras Italia celebraba su arresto como un momento histórico, las revelaciones post-arresto sorprendieron a muchos. No sólo se encontró que Denaro había estado viviendo una vida bastante normal cerca de su pueblo natal, Castelvetrano, sino que también se desenterró una red de colaboradores que lo habían protegido durante años.
El capítulo final de Denaro culminará en Castelvetrano, Sicilia, donde será enterrado en presencia de su familia. Una despedida a la figura que, durante mucho tiempo, se mantuvo como un espectro en las sombras de Italia.