El cuarto informe de la ONU sobre la situación de derechos humanos en Venezuela levanta polvo y genera reacciones internacionales.
En lo que parece ser una nueva entrega de una serie de informes que sacuden la esfera política internacional, la Misión de Determinación de Hechos de la ONU ha liberado su cuarto análisis sobre la situación de derechos humanos en Venezuela. La presidenta de la Misión, Marta Valiñas, fue la encargada de soltar la bomba: el gobierno de Nicolás Maduro sigue en la mira por presuntas violaciones a los derechos humanos.
“El Gobierno al espacio cívico y democrático se ha intensificado…”, señaló Valiñas al presentar el informe ante el Consejo de Derechos Humanos. Y agregó que las acciones del Ejecutivo venezolano han llevado a silenciar a quienes disienten. Un tono que, sin duda, levantará más de una ceja en los corredores de poder.
La reacción de la comunidad internacional no se hizo esperar. De la UE a Chile, los representantes de los países miembros de la ONU expresaron tanto su apoyo a la Misión como su preocupación por el panorama descrito.
El representante de la UE subrayó: “Es crucial supervisar las elecciones presidenciales, previstas para el 2024 y liberación de los presos políticos”. Por su parte, Bélgica, Canadá y Chile también compartieron su alarma ante el informe, demandando acciones concretas.
Pero, como era de esperar, el gobierno de Maduro no se quedó callado. En respuesta, el representante por Venezuela disparó contra el informe, calificándolo de ser impulsado por “razones políticas para maximizar la presión contra el gobierno de Nicolás Maduro”. También defendió que han mantenido la cooperación con organismos de derechos humanos y cuestionó la omisión de mencionar las sanciones contra Venezuela en el reporte.
A medida que el escenario político continúa tenso, las miradas se centran en cómo evolucionará la situación y qué otras repercusiones podría tener este informe. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue en espera de la próxima jugada.