El expresidente, que ha dominado los titulares con su estilo polémico, se encuentra ahora en el centro de un veredicto judicial en Nueva York.
Parece que el capítulo más reciente en el libro de aventuras de Donald Trump ha tomado un giro inesperado. Un juez ha apuntado al expresidente estadounidense como responsable en un cargo de fraude, alegando que Trump podría haber inflado los activos de su compañía con el objetivo de obtener condiciones más favorables en préstamos. El cosmos empresarial y político aguarda con expectación para ver qué vendrá a continuación.
“…inflar activos de su empresa durante años para obtener mejores términos en préstamos y otros beneficios económicos.”, dice la acusación principal del proceso, como lo describió la Fiscalía estatal de Nueva York. En medio de un torrente de titulares y debates en redes sociales, el juez Arthur Engoron respaldó este argumento el martes pasado, dejando a Trump y a su imperio empresarial en una posición comprometida.
Aunque esta decisión es un golpe directo a Trump y su legado, vale la pena recordar que estamos hablando de un proceso civil, no criminal. Esto implica que, si bien podría haber repercusiones financieras considerables, la cárcel no está en juego. Sin embargo, la nube de la controversia sigue siendo espesa y densa, y los detractores y defensores de Trump seguramente tendrán mucho que decir en los días venideros.
El juicio está programado para el 2 de octubre, y hasta entonces, podemos esperar un flujo constante de análisis, opiniones y, por supuesto, posts en redes sociales. Lo que es indudable es que el drama Trump continúa, y el mundo estará observando.