Economista Asdrúbal Oliveros revela una disminución del 90% en el poder adquisitivo mientras los trabajadores luchan por sobrevivir.
Las realidades económicas en Venezuela no son nuevas ni sorprendentes. Sin embargo, cuando Asdrúbal Oliveros, economista y socio-director de Ecoanalítica, articula la escarpada caída del poder adquisitivo en términos claros y sin adornos, hay un golpe en el estómago colectivo que resuena más allá de las fronteras del país. “Hoy se compra solo el 10% de lo que se compraba hace 18 meses con esos 130 bs”, declaró Oliveros en una conversación en el programa de Román Lozinski en el circuito Éxitos.
Cualquier economía que vea una pérdida del 90% en el valor de su salario mínimo en menos de dos años está claramente en problemas. Pero, ¿qué significa esto para la persona común, el trabajador diario que lucha por poner comida en la mesa y mantener un techo sobre su cabeza? Oliveros no retiene golpes. Asegura que los empleados públicos y pensionados están en la primera línea de fuego, enfrentando las consecuencias más severas de una moneda que se devalúa más rápido de lo que pueden contar los billetes.
A pesar de los intentos de compensación a través de bonificaciones, el espejismo de alivio se disipa rápidamente. “Afecta el no aumento y la falta de compensación en moneda dura que puede proteger un poco frente a la devaluación», dijo Oliveros. La narrativa se convierte en una de supervivencia, no de prosperidad, y Oliveros apunta a políticas erróneas y a la falta de decisiones oportunas como los catalizadores de este declive económico.
Con el 40% de la población sumida en la pobreza extrema y una incapacidad para garantizar alimentos básicos, la desesperación no es una posibilidad; es una certeza. Oliveros ofrece una estadística que es tan reveladora como desalentadora: “72% de las personas que participaron en nuestra encuesta que trabajan en el sector público decían que tienen otra fuente de ingresos”. La multiplicidad de empleos no es una elección de carrera, sino una necesidad nacida de la desesperación.
En un país rico en recursos, el pueblo de Venezuela enfrenta una riqueza de desafíos económicos. Cada cifra y estadística proporcionada por Oliveros es una historia, una familia y un futuro en la cuerda floja. En la intersección de la política y la economía, la conversación se aleja de los porcentajes y se centra en las personas, donde el costo real de la devaluación económica se siente más profundamente.