Una crisis económica y la falta de elecciones desencadenan la toma de la casa del rectorado.
Un grupo de estudiantes inconformes de la Universidad Simón Bolívar (USB) irrumpió este miércoles en la casa del rectorado, exigiendo una audiencia con el rector interino, Jorge Stephany. La acción se produce en un contexto de creciente descontento por la crisis económica que afecta a los trabajadores universitarios y la ausencia de elecciones en la institución.
Franco Robertazzo, expresidente de la Federación de Centros de Estudiantes de la USB (2019-2020), informó que la ocupación de la sede se dio después de que Stephany se negara a atender a los estudiantes. Esta negación se ha percibido como una falta de responsabilidad hacia la comunidad universitaria que lucha contra la adversidad económica y exige una representación adecuada.
William Anseume, presidente de la Asociación de Profesores de la USB, ha sido una voz prominente en la denuncia de las dificultades económicas que enfrentan los trabajadores universitarios. “Nos ponen a los trabajadores en una situación en la que tenemos que irnos del país o someternos al hambre, a la miseria”, declaró Anseume, enfatizando la urgencia de la situación y la necesidad de elecciones universitarias.
La crisis en la USB se agudiza por la falta de transparencia y acción de las autoridades interinas. El exrector Benjamin Scharifker resaltó que, dos años después de su designación y con un mandato explícito de organizar elecciones en seis meses, los líderes interinos se niegan a proceder. “La comunidad universitaria exige elecciones en la USB”, insistió Scharifker.
Las autoridades interinas de la USB, incluyendo a Stephany, fueron designadas en septiembre de 2021, tras el fallecimiento del rector Enrique Planchart. A un año de su designación, los estudiantes y el personal siguen clamando por un liderazgo electo y una solución a la persistente crisis económica que amenaza la estabilidad y el futuro de la universidad.
La toma de la casa del rectorado no es un acto aislado, sino una manifestación palpable de la frustración acumulada y el deseo de cambio. En un ambiente de crisis, la comunidad universitaria de la USB exige ser escuchada y atendida con la urgencia y la seriedad que la situación amerita.