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«Entre afirmaciones y rebatimientos: El intenso escrutinio de los DDHH en Venezuela»

«El canciller Yván Gil defiende el registro de derechos humanos del país ante la ONU, mientras los expertos cuestionan la narrativa oficial».

En una reunión este martes con el Comité de Derechos Humanos de la ONU, el canciller venezolano, Yván Gil, presentó un informe que dibuja un cuadro positivo de la situación de los derechos humanos en Venezuela. Sin embargo, los expertos del Consejo de Derechos Humanos no se quedaron callados y confrontaron la representación del ministro.

«Rechazamos el injerencismo y pedimos el respeto a la soberanía,» proclamó Gil en Ginebra, defendiendo la postura del gobierno de Maduro ante las críticas internacionales y las sanciones impuestas por países extranjeros. Asegura que Venezuela ha hecho progresos significativos en materia de derechos humanos, a pesar de los desafíos planteados por las sanciones y la pandemia.

Pero no todos en la sala estaban de acuerdo. Héléne Tigroudja, miembro del Consejo, expresó su preocupación por informes «preocupantes» sobre la reducción del espacio cívico e interrogatorios por parte del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional. «El Estado venezolano no se debe tomar acciones contra las personas defensoras que enviaron información al Comité,» advirtió.

Los datos, los testimonios y las cifras contaban dos historias diferentes. Por un lado, Gil citó un aumento en las expresiones políticas y organizaciones sindicales como prueba de la salud democrática del país. Por otro, expertos como Hernán Quezada señalaron informes de violencia y discriminación, particularmente hacia la comunidad LGBTQI+.

El debate continuó, y se tocó un tema especialmente delicado: la corrupción. José Santos apuntó la falta de transparencia y acceso a información clave, un problema que dice, obstruye la evaluación efectiva de las políticas anticorrupción del país.

En medio de afirmaciones y rebatimientos, la situación de los derechos humanos en Venezuela sigue siendo un terreno contencioso, un espejo de las complejidades y desafíos que enfrenta el país en el escenario mundial. Mientras la narrativa oficial se mantiene firme, las voces disidentes y críticas continúan resonando, tejiendo un tapiz de relatos divergentes que reflejan la profundidad y la complejidad de la crisis venezolana.