El mandatario colombiano enfrenta críticas y una alta desaprobación en medio de problemas de seguridad y política.
La popularidad del presidente colombiano Gustavo Petro enfrenta un declive, marcado por una desaprobación del 60%, según una encuesta de Invamer. El primer presidente izquierdista del país está en la mira crítica, especialmente por sus políticas de seguridad y sus intentos de negociar con disidentes de la guerrilla FARC.
Petro, quien inició su mandato en agosto de 2022 con una desaprobación del 20%, ha visto cómo esa cifra se ha triplicado en un año. Sus intentos de desarmar mediante el diálogo al Estado Mayor Central (EMC) han sido recibidos con escepticismo, exacerbado por atentados rebeldes recientes que resultaron en la muerte de dos civiles.
La inestabilidad en su gabinete, marcada por la salida de 12 de sus 19 ministros originales, y los desafíos para avanzar sus proyectos en un Congreso sin mayorías claras, agregan complejidad al panorama político del mandatario.
En una nación aún marcada por las cicatrices del conflicto armado prolongado, la seguridad y la paz están en la vanguardia de las preocupaciones públicas. La aprobación de la gestión de Petro se sitúa en el 32%, un ligero descenso desde la última encuesta.
La vicepresidenta Francia Márquez también enfrenta desafíos en términos de percepción pública, con una favorabilidad del 30% y una imagen desfavorable del 49% entre los encuestados.
Con la mayoría de los colombianos creyendo que «las cosas en Colombia están empeorando», según la encuesta, el presidente Petro y su administración se enfrentan a la ardua tarea de restaurar la confianza, mejorar la seguridad y navegar en las aguas tumultuosas de la política colombiana.