Los líderes de China y Rusia se unen en medio de la turbulencia geopolítica.
En el corazón de la bulliciosa Pekín, el Presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, se encontraron en un momento en que el tablero geopolítico mundial se sacude con crecientes tensiones y conflictos. En medio de esta marea de incertidumbre, Xi insta a «esfuerzos conjuntos» para «salvaguardar la justicia internacional», un eco que resuena en los pasillos del poder de ambas naciones.
“La confianza política se está profundizando continuamente”, destacó Xi, una afirmación respaldada por el apogeo del comercio bilateral y la «coordinación estratégica estrecha y eficaz» entre estos dos gigantes geopolíticos, según informes de la agencia estatal Xinhua.
Este encuentro monumental se produce en la estela del III Foro de las Nuevas Rutas de la Seda, una iniciativa que se ha convertido en el pilar de la expansión económica y política de China en el escenario mundial. Xi, en su discurso inaugural, enfatizó el mantra de que si al mundo «le va bien», a China también le irá bien, una declaración que resuena en un momento en que las sanciones unilaterales y la coerción económica se han convertido en herramientas comunes en la arena internacional.
«Las Nuevas Rutas de la Seda han de ser reconocidas como un bien público internacional global», comentó Putin, un respaldo que llega en un momento en que su presencia en Pekín desafía la orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional.
En el complicado ballet de la diplomacia internacional, las posiciones de China y Rusia respecto al enardecido conflicto entre Israel y Palestina han convergido hacia la solución de los «dos Estados» y la urgencia de la asistencia humanitaria en Gaza. Una alineación que se suma a la creciente simbiosis entre ambos países.
Xi anunció una serie de medidas para catalizar la «cooperación de alta calidad» en las Nuevas Rutas de la Seda. El apoyo a una economía mundial más abierta, el impulso al desarrollo verde y la promoción de la innovación científica y tecnológica son los pilares que, según él, subyacen en una «cooperación íntegra».
El encuentro entre Xi y Putin es más que una mera formalidad diplomática; es una declaración conjunta de la creciente afinidad entre dos de las naciones más poderosas del mundo.