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Pedro Sánchez de cabeza en Oriente Medio: Llega a Egipto por el conflicto con Hamás

El presidente en funciones español se embarca en conversaciones internacionales, buscando un equilibrio entre la condena y la conciliación.

En el fragor de la reciente escalada de tensiones en Oriente Próximo, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones, se prepara para sumergirse en su primer encuentro internacional para tratar la crisis. Con la firme convicción de que España puede ser una voz significativa en la mediación, se embarca en un camino delineado por la delicadeza diplomática y la urgencia humanitaria.

“En este foro, Israel y Palestina se sientan en igualdad de condiciones, y tanto los europeos como los árabes nos sentaremos en torno a la mesa. Es una oportunidad única que tenemos el deber de aprovechar”, declaró Sánchez, anticipando el Foro de la Unión por el Mediterráneo (UpM) en Barcelona.

El compromiso de Sánchez y su ministro de Exteriores, José Manuel Albares, es un baile meticuloso entre la condena de los ataques de Hamás y el apoyo a Israel, equilibrando la necesidad de la proporcionalidad y adherencia al derecho internacional humanitario. La vocación diplomática de España se encuentra en un equilibrio precario, donde cada palabra y acción se pesa en la balanza de la opinión internacional y la justicia.

La postura restringida y calculada de Sánchez contrasta con la presencia más directa de otros líderes europeos en Jerusalén. La búsqueda de España por mantener una posición que favorezca el diálogo diplomático ha sido un acto de equilibrio, evitando alinearse demasiado estrechamente con cualquier parte.

“He abordado con mi homólogo de Egipto, Sameh Shoukry, la situación en Gaza y la región. Hay que evitar la escalada de violencia, proteger a la población civil y garantizar la entrada de ayuda humanitaria. Debemos trabajar por alcanzar una solución de paz definitiva”, compartió Albares en un tweet, subrayando la postura meditada de España.