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Gerardo Blyde, en el ojo de la tormenta: Entre la sentencia del TSJ y el diálogo político

El jefe de la delegación de la Plataforma Unitaria busca mantener el diálogo con el gobierno, pese a los embates judiciales a la oposición.

El panorama político venezolano se mantiene en ebullición, y en el centro de la tempestad se encuentra Gerardo Blyde, jefe de la delegación de la Plataforma Unitaria en las negociaciones con el gobierno de Nicolás Maduro. La reciente sentencia del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que ordena la suspensión de todos los efectos de las Elecciones Primarias, agrega más leña al fuego en el ya complejo diálogo entre las partes.

«Si estoy en los medios en cada provocación que haga la contraparte, la negociación va a fracasar», afirmó Blyde, resaltando su papel de negociador en este delicado proceso. Una postura que busca mantener viva la chispa del diálogo en medio de un terreno minado de desafíos y confrontaciones políticas.

El lunes 30 de octubre, la Sala Electoral del TSJ sacudió el tablero político con una sentencia que responde a un recurso introducido por el diputado José Brito, identificado como «aspirante a participar» en los comicios. En este contexto, las figuras de la Comisión Nacional de Primaria (CNdP), Jesús María Casal y Mildred Camero, se vieron en la mira judicial, acudiendo al Ministerio Público para declarar sobre las presuntas irregularidades en el proceso electoral.

Magaly Vásquez, defensora de Casal, reiteró que la comparecencia no se traduce en una imputación. «Hay una investigación en curso y en el marco de esa investigación están siendo llamados a declarar diferentes personas (…) el doctor Casal recibió una citación y en esa calidad acudió», esclareció Vásquez, delineando el escenario legal que enfrenta la CNdP.

Mientras tanto, desde las filas gubernamentales, se lanza la acusación de que la CNdP favoreció la elección de María Corina Machado, alterando las cifras de votos y participación ciudadana. Un eco de desconfianza que resuena en los corredores del poder, mientras Gerardo Blyde intenta mantener a flote el barco del diálogo, en un mar agitado por las olas de la polarización y los embates judiciales.