Nasrallah descarta participación de Hezbollah en ataque de Hamas y desafía a Israel y EE. UU.
El líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, celebró la operación «tormenta de Al Aqsa» de Hamas, negó participación de su grupo e Irán, y confrontó a Israel y Estados Unidos en su discurso.
Hassan Nasrallah, el líder del grupo terrorista libanés Hezbollah, hizo una aparición pública tras los ataques de Hamas en Israel el 7 de octubre que dejaron 1.400 israelíes muertos. Nasrallah aclamó la operación «tormenta de Al Aqsa» como «bendita y heroica», reiterando que fue planeada y ejecutada únicamente por fuerzas palestinas, desvinculando a Hezbollah e Irán de cualquier rol en el ataque.
En su discurso, elogió la confidencialidad y el elemento sorpresa que garantizaron el éxito del ataque y respondió a las críticas internas por la aparente falta de acción de Hezbollah, argumentando la importancia de las operaciones en la frontera y destacando el impacto significativo de estas en la región.
Nasrallah también enfocó parte de su mensaje a Estados Unidos, criticando la movilización de su flota en el Mediterráneo y advirtiendo de las capacidades de Hezbollah para confrontar tales fuerzas, solicitando el cese del apoyo estadounidense a Israel en Gaza. Además, aseguró que las acciones de Hezbollah han forzado a Israel a redistribuir sus fuerzas militares y que todas las opciones están sobre la mesa para una escalada futura.
Hezbollah, considerado un grupo terrorista por muchos, incluido Estados Unidos, ha tenido enfrentamientos continuos en la frontera libanesa-israelí, marcando la escalada más mortífera desde la guerra de 2006. Nasrallah es reconocido como un poderoso orador y su retórica juega un papel clave en la alianza militar regional anti-estadounidense e israelí conocida como el «Eje de la Resistencia».
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha advertido a Hezbollah contra la apertura de un segundo frente de guerra, mientras que fuentes cercanas a Hezbollah indican que el grupo ha calibrado sus ataques para evitar una escalada mayor. A pesar del colapso financiero que aún afecta a muchos en Líbano, y la falta de interés de Israel en un conflicto en el norte, la situación en la frontera sigue siendo tensa y volátil.