Más de la mitad de los drones enviados por Rusia fueron derribados, protegiendo a varias regiones ucranianas de un ataque «masivo».
En una nueva manifestación de la escalada de tensiones en la región, Ucrania fue objeto de un ataque «masivo» con drones llevado a cabo por Rusia la noche del jueves (02.11.2023). El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, informó el viernes que más de la mitad de los drones enviados en el ataque fueron derribados exitosamente por las fuerzas de defensa del país.
En una comunicación realizada a través de Telegram, Zelenski detalló que durante la noche, más de cuarenta drones de fabricación iraní, específicamente modelos Shaheds, atravesaron el espacio aéreo ucraniano, y que más de la mitad de ellos fueron derribados, confirmándose «impactos» en el suelo.
El ataque abarcó diez regiones de Ucrania, incluyendo la capital, Kyiv. A pesar de la magnitud del ataque, el mandatario ucraniano confirmó que no se registraron víctimas.
El Ministro del Interior, Igor Klymenki, calificó el ataque de «masivo», mientras que el asesor presidencial ucraniano, Andriy Yermak, proporcionó más detalles sobre la ofensiva, indicando que el sistema de defensa aéreo ucraniano logró derribar 24 drones Shahed-136/131 y un misil guiado.
Yermak también expresó su preocupación sobre una escalada en los ataques aéreos rusos contra Ucrania, anticipando que el país podría enfrentar una nueva ola de ofensivas contra su infraestructura energética durante el invierno, emulando los ataques del año pasado que dejaron a millones de personas sin calefacción y agua por períodos prolongados.
La «batalla por el cielo» fue destacada por Yermak como un desafío inminente para Ucrania, subrayando la importancia de proteger la infraestructura del país.
En respuesta a la amenaza continua, Zelenski prometió fortalecer aún más la defensa antiaérea de Ucrania, la cual depende en gran medida del suministro de armamento por parte de los aliados occidentales de Kyiv. Este reciente ataque destaca la urgencia de la ayuda militar anunciada por Estados Unidos, y la necesidad de una cooperación internacional más sólida para apoyar a Ucrania en su lucha por mantener su soberanía y seguridad frente a la agresión rusa.