Un evento de la Embajada de Israel en Chile con imágenes de ataques de Hamas provoca un fuerte debate político.
En la Comunidad Israelita Sefaradí de Las Condes, Santiago, un aire de tensión se palpaba. La Embajada de Israel en Chile había convocado a una proyección exclusiva que prometía mostrar la cara más cruda de la masacre ejecutada por Hamas el 7 de octubre. Un material que, según la misiva compartida en redes sociales por el embajador Gil Artzyeli, era tan directo que los celulares se quedaban fuera de la sala.
La discreción del evento no impidió que se encendieran los ánimos en el espectro político. La diputada Maite Orsini no tardó en expresar su rechazo: “Miserables, cómo no les da vergüenza?”, espetó en X, mientras que el senador Iván Moreira también lanzaba dardos hacia la embajada, cuestionando si se mostraría “el genocidio de Netanyahu exterminando niños, civiles inocentes”.
Artzyeli, frente a los medios, defendió la iniciativa: “Estamos determinados a eliminar la amenaza que este grupo terrorista representa para Israel. No hay posibilidad de negociación: hay que eliminar Hamas”. Una declaración que, sin duda, agita las aguas de una diplomacia ya revuelta por las últimas tensiones en Medio Oriente.
Este suceso llega en un momento delicado para las relaciones internacionales de Chile, especialmente tras el llamado a consulta al embajador en Israel por parte del presidente Boric. Un escenario que refleja cómo el conflicto lejano resuena con fuerza en el cono sur, mostrando que las repercusiones del enfrentamiento entre Israel y Palestina no conocen fronteras.