Con 49 muertes en lo que va del año, la ciudad de Anchorage enfrenta una crisis humanitaria exacerbada por la llegada del invierno y el fentanilo.
Anchorage está en alerta máxima. La ciudad más grande de Alaska ha registrado 49 muertes de personas en situación de calle este año, un número sin precedentes que duplica la cifra del año anterior. Esta estadística sombría se ha agravado en los últimos días con el retorno del crudo invierno y una tormenta que sepultó la ciudad bajo más de 60 centímetros de nieve.
La situación es dramática y palpable en las calles. Cuatro personas sin hogar fueron encontradas sin vida en distintos puntos de la ciudad, incluyendo cerca de la principal biblioteca pública. Según CBS News, entre los fallecidos recientes se encuentra una mujer que murió tras incendiarse su refugio improvisado.
El dilema se agudiza al considerar la capacidad de albergue existente. Con solo 524 camas disponibles por noche y alrededor de 900 personas requiriendo refugio, la crisis se pronuncia con cada grado que baja el termómetro.
Ante este panorama desolador, el alcalde Dave Bronson propuso una expansión de un refugio de 150 a 200 camas, aunque los funcionarios de la ciudad advierten que no hay margen para más, informó The New York Times.
Alexis Johnson, coordinadora de personas sin hogar en Anchorage, expresó su preocupación: “Realmente nos estamos quedando sin opciones en términos de ubicaciones y operadores”. Meg Zaletel, directora ejecutiva de la Coalición para Acabar con las Personas sin Hogar en Anchorage y miembro de la Asamblea de Anchorage, resalta la necesidad de un entendimiento más amplio de las causas detrás de estas muertes, que van más allá de la falta de espacios y atención médica.
Zaletel pone de relieve que es crucial abordar otros factores como la accesibilidad al transporte y la priorización de las personas más vulnerables, citando el caso de dos personas en sillas de ruedas que no lograron llegar a los refugios y terminaron perdiendo la vida.
Félix Rivera, quien preside el Comité de Vivienda y Personas sin Hogar de la Asamblea de Anchorage, ha anunciado medidas a corto plazo, como la adición de camas en refugios temporales. Sin embargo, advierte que la construcción de más viviendas es la única solución a largo plazo para evitar más tragedias. “Vamos a hacer lo que sea necesario para asegurarnos de que la gente no muera afuera”, afirmó Rivera a CBS.
El fentanilo, la droga que ha azotado con fuerza en muchos rincones del país, también ha marcado su presencia letal en Anchorage. La dispersión de las personas sin hogar tras el cierre de refugios como el estadio Sullivan Arena ha dificultado aún más la prestación de servicios vitales.
Con el invierno asentándose y el mercurio amenazando con caer aún más, Anchorage se ve obligada a buscar soluciones urgentes. La ciudad, que ya ha batido récords de nevadas, no puede permitirse perder más vidas mientras lucha contra uno de los inviernos más severos en décadas. La comunidad y los servicios de emergencia están al límite, y el reloj avanza inexorablemente mientras el frío se cierne sobre los más vulnerables.