La detonación de un vehículo en las Cataratas del Niágara desata una operación de seguridad transfronteriza y el cierre de cruces hacia Canadá.
Este miércoles, un evento potencialmente catastrófico sacudió la tranquilidad en las Cataratas del Niágara: la explosión de un vehículo en el Puente Rainbow, en la frontera entre Estados Unidos y Canadá, ha desencadenado una respuesta de seguridad a gran escala.
Con las causas del estallido aún en el aire, el FBI ha desplegado agentes para investigar si se trató de un hecho provocado o un accidente fortuito.
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, ha alertado sobre una operación de vigilancia intensiva en todos los puntos de entrada al estado. «La oficina de campo del FBI en Buffalo está investigando la explosión de un vehículo en el Rainbow Bridge», afirmó el FBI, subrayando la gravedad del suceso.
Hochul, por su parte, ha tomado las riendas y se dirige a Buffalo para coordinar con las fuerzas del orden y los equipos de respuesta a emergencias. «Informaré a los neoyorquinos cuando haya más información disponible», comunicó en redes sociales, prometiendo transparencia y diligencia en la gestión de la crisis.
Como medida de precaución, Estados Unidos ha cerrado temporalmente el cruce fronterizo con Canadá, y la Comisión de Puentes de Niagara ha extendido la clausura a todos los pasos fronterizos de la región, apuntando a un cierre completo que afecta a Lewiston, Whirlpool y Peace Bridge, además del propio Rainbow.
La tensión se palpa en el ambiente, mientras las investigaciones avanzan para aclarar si este fue un acto de terrorismo o un suceso aislado. La seguridad en uno de los puntos más emblemáticos de la frontera norteamericana se encuentra en estado de máxima alerta.