Presidente guyanés anuncia visitas del Departamento de Defensa de EE.UU. en búsqueda de cooperación defensiva frente al conflicto territorial con Caracas.
La tensión que susurra en los vientos del Esequibo parece estar llevando a Guyana a un estado de alerta y preparación. El vicepresidente Bharrat Jagdeo ha anunciado que la próxima semana serán testigos de la llegada de representantes del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Estas visitas, marcadas en el calendario como preludio de una alianza más fuerte, parecen ser una respuesta a las turbulencias generadas por la disputa territorial con Venezuela.
«Tendremos del Departamento de Defensa de Estados Unidos la próxima semana dos visitas a Guyana de dos equipos», comunicó Jagdeo en rueda de prensa, pintando un cuadro de diplomacia en movimiento. Esta serie de visitas, que se extenderán hasta diciembre, y una representación de alto nivel del Pentágono en Guyana, son el reflejo de una estrategia de defensa que busca solidificar la paz, sin ignorar la posibilidad de eventualidades menos pacíficas.
Guyana se erige como David en un relato donde Goliath es representado por lo que Jagdeo denomina un «país agresivo». Sin embargo, el vicepresidente guyanés enfatiza la postura de su nación como amante de la paz y rechaza la idea de ser una potencia agresiva. «Nunca hemos amenazado la paz», insiste, mientras acusa a Venezuela de lo contrario.
La contienda por el Esequibo, que se extiende a lo largo de casi 160.000 kilómetros cuadrados, es un eco de tiempos coloniales que aún resuena con fuerza. Con un referendo en el horizonte venezolano y la CIJ como posible árbitro de este diferendo, Guyana no da pasos al azar y busca «bloquear» cualquier consulta que altere el status quo.
«Protegeremos a nuestro país contra las mentiras y la campaña de desinformación», declara Jagdeo, haciendo hincapié en que la defensa de su nación no solo es territorial sino también informativa.