Objetivo de Ucrania para el 2024: No ser vulnerables por aire

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Con la mira puesta en el cielo, Ucrania planea consolidar sus defensas aéreas para el próximo año, tras contener con éxito a la flota rusa en el Mar Negro.

La estrategia defensiva de Ucrania frente a Rusia parece estar entrando en una fase crítica, donde el enfoque se desplaza hacia la consolidación de sus capacidades de defensa aérea en anticipación a una larga contienda. Después de haber forzado la retirada de la Flota Rusa del Mar Negro, un logro que ha sido catalogado por el Ministerio de Defensa británico como una «derrota funcional» rusa, Ucrania se propone ahora a asegurar sus cielos contra la amenaza de futuros ataques.

El presidente Zelenski ha sido claro en su visión para 2024: «2024 debe ser el año en que Ucrania expulse a Rusia de sus cielos».

Este ambicioso objetivo requiere que Ucrania reciba más sistemas de defensa aérea de parte de sus aliados occidentales. Aunque ya se han entregado sistemas avanzados como Patriot, Hawk o IRIS-T, la necesidad de más armamento se hace cada vez más evidente, especialmente ante la posibilidad de que Rusia intensifique sus campañas de bombardeo contra la infraestructura energética ucraniana durante el invierno.

En la búsqueda de la seguridad de sus «7 u 8 ciudades» principales y sus regiones circundantes, el gobierno ucraniano apunta a crear un entorno seguro que permita el regreso de «millones» de refugiados del extranjero, con la intención de reactivar la economía y disminuir la dependencia del país de la ayuda internacional. Este esfuerzo incluye la protección de las infraestructuras agrícolas y portuarias que han sido un blanco recurrente de los ataques rusos en la segunda mitad del año.

El analista militar Alexander Kovalenko proporciona una evaluación detallada de las necesidades defensivas de Ucrania. Los sistemas de corto alcance, como los Gepard, Crotale o Alvis Stormer, se requieren para interceptar objetivos subsónicos. El alcance medio, cubierto por sistemas como NASAMS o IRIS-T, es crucial para derribar misiles que no sean balísticos o supersónicos. Sin embargo, el mayor desafío lo representan los misiles balísticos y supersónicos contra los cuales se necesitan sistemas de largo alcance y alta tecnología como los Patriot y SAMP-T.

La situación en Odesa ilustra la urgencia de esta necesidad. Como un punto neurálgico para las exportaciones del país, Odesa ha estado bajo un fuego constante, y la adquisición de defensas antiaéreas adecuadas para esta región es una prioridad inmediata.

El compromiso de Ucrania con la ampliación de su escudo antiaéreo no solo es una medida de autoprotección, sino también una inversión estratégica para sus aliados, argumenta Zelenski. Menos destrucción significaría menos recursos necesarios para la reconstrucción.

Mientras Kyiv ya disfruta de una cobertura antiaérea robusta, el resto del país anhela alcanzar este nivel de protección. La arquitectura defensiva que Ucrania aspira a construir es vital para su supervivencia y la eventual recuperación en una región azotada por el conflicto.

(Con información de EFE)

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