Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, afronta un momento crítico en su liderazgo mientras se intensifican las tensiones internas y disminuye su popularidad.
La guerra en Ucrania, desatada el 23 de febrero de 2022, ha puesto en jaque el liderazgo de su presidente, Volodimir Zelenski. La esperanza inicial que despertó en la población y el mundo parece estar desvaneciéndose ante un contexto bélico cada vez más complejo y un panorama interno lleno de desafíos.
El fracaso en la reciente contraofensiva ucraniana, tras intensas luchas diplomáticas por armamento, ha desdibujado la imagen de Zelenski. «Actualmente, no es posible traerlos de regreso. ¿Alguien puede imaginar que si hubiese opción, alguien la rechazaría?», señaló el presidente, reflejando una postura que algunos interpretan como resignación.
El general Valery Zalzuzhny, comandante en jefe del Ejército de Ucrania, expresó en The Economist que el frente estaba bloqueado y la guerra en un «punto muerto». Esta declaración, vista por Zelenski como una postura derrotista, ha agudizado las tensiones en el núcleo duro del liderazgo ucraniano.
Vitali Klitschko, alcalde de Kyiv y prominente figura desde el inicio de la guerra, ha elevado su voz contra Zelenski. «Al final ya no seremos muy diferentes de Rusia, donde todo depende del capricho de un hombre», comentó Klitschko en Der Spiegel, mostrando su descontento con la gestión del presidente.
Este escenario de críticas internas y desafíos externos deja a Ucrania en una encrucijada. Con la aproximación del invierno y las dificultades para obtener más ayuda militar, el futuro inmediato del país se ve incierto.
La popularidad de Zelenski también se ha visto afectada. Según una encuesta de The Economist, el general Valery Zaluzhny lidera la confianza de los ucranianos con un 70 %, seguido por el jefe de los servicios de inteligencia, general Kyrylo Budanov, con un 45 %. En contraste, Zelenski cuenta solo con un 32 % de aprobación.
Estos datos reflejan un cambio significativo en la percepción pública del presidente ucraniano. Ante este panorama, Zelenski deberá enfrentar no solo los desafíos impuestos por el conflicto con Rusia, sino también las crecientes tensiones y expectativas dentro de su propio gobierno y la sociedad ucraniana.