Cambio de rumbo: Italia finaliza su participación en el proyecto chino.
Italia ha decidido dar un giro significativo en su política exterior, retirándose formalmente del ambicioso proyecto chino «la Franja y la Ruta» (BRI), según informa una fuente gubernamental. Esta decisión marca el fin de la participación italiana en la iniciativa, cuatro años después de ser el único país del G7 en unirse a ella.
La noticia, reportada inicialmente por el diario italiano Corriere della Sera, revela que el gobierno italiano notificó a Beijing su decisión hace tres días.
En el acta entregada a la embajada china, Italia reafirma su amistad con Beijing pero confirma la cancelación del acuerdo de cinco años firmado en 2019, con un vencimiento previsto para marzo de 2024.
La resolución italiana refleja un desencanto con las promesas incumplidas del proyecto y una reevaluación estratégica del gigante asiático.
Las expectativas comerciales de 20.000 millones de euros no se materializaron en la medida prevista, y el comercio pareció favorecer más a China que a Italia.
Giorgia Meloni, actual primera ministra de Italia, ha sido crítica de la adhesión a la BRI, considerándola un «gran error».
Según Meloni, «Italia es el único miembro del G7 que firmó el memorando de adhesión a la Ruta de la Seda, pero no es el país europeo u occidental con las relaciones económicas y los flujos comerciales más fuertes con China».
Esta retirada también se alinea con una creciente percepción en Europa de China más como un rival que como un socio o competidor. El apoyo de Beijing a Rusia en su guerra contra Ucrania ha modificado significativamente la percepción europea de China.
A pesar de los temores de represalias chinas en sectores clave para Italia, como el de los bienes de lujo, el gobierno italiano ha precedido su salida con cuidadosas negociaciones.
El Secretario General de Farnesina, Riccardo Guariglia, realizó una misión a China este verano, seguida por la visita del Ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, para asegurar una transición diplomática y preservar la asociación estratégica entre ambos países.
La retirada de Italia de la iniciativa «Franja y la Ruta» se perfila como un cambio significativo en las relaciones internacionales, mostrando un realineamiento de las políticas europeas frente a China y sus ambiciones globales.