Alaska Airlines y Boeing enfrentan desafíos tras explosión en vuelo y paralización de aviones Max 9.
El incidente del viernes con un Boeing 737 Max 9 de Alaska Airlines, que sufrió una explosión en pleno vuelo sobre Oregón, ha desencadenado una serie de preocupaciones de seguridad y ha impactado en el mercado financiero. Las acciones de The Boeing Co. experimentaron una caída del 9% al abrir el mercado el lunes, mientras que las de Alaska Airlines bajaron un 4%, y las de Spirit AeroSystems, fabricante del fuselaje del 737 Max, se desplomaron un 14%.
La presidenta de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), Jennifer Homendy, señaló que la luz de advertencia de presurización que se encendió en tres vuelos anteriores podría estar relacionada con el incidente. Sin embargo, advirtió que aún es pronto para establecer una conexión directa.
El incidente del viernes, en el que un tapón que cubría una salida de emergencia no utilizada se desprendió del avión mientras volaba a unos tres millas (4.8 kilómetros) sobre Oregón, no ha sido el primer problema para el modelo 737 Max de Boeing. Este modelo ha estado plagado de problemas desde su introducción en 2017, incluyendo dos accidentes mortales en 2018 y 2019 que llevaron a la suspensión de todos los aviones Max 8 y Max 9 durante casi dos años.
Acciones de Boeing se desploman un 9% tras incidente de Alaska Airlines
— DW Español (@dw_espanol) January 8, 2024
Un avión Boeing 737 Max 9 perdió una ventana en pleno vuelo y tuvo que aterrizar de emergencia.
Parte del fuselaje ya fue encontrado y las causas se están investigando. /tg pic.twitter.com/ajpVLE7O7p
El vuelo 1282 de Alaska Airlines despegó de Portland el viernes para un viaje de dos horas a Ontario, California. Apenas seis minutos después del despegue, una parte del fuselaje se desprendió mientras el avión ascendía a unos 16,000 pies (4.8 kilómetros). El piloto declaró una emergencia y solicitó permiso para descender a 10,000 pies (3 kilómetros), donde el aire sería suficiente para respirar sin máscaras de oxígeno.
El avión regresó a Portland y aterrizó con seguridad unos 13 minutos después del incidente. No se reportaron heridos graves entre los 171 pasajeros y seis miembros de la tripulación. La FAA ordenó la suspensión de 171 de los 218 Max 9 en operación, incluyendo todos los utilizados por Alaska Airlines y United Airlines, hasta que puedan ser inspeccionados.
La NTSB encontró el tapón de la puerta el domingo cerca de Portland, Oregon, y lo examinará para determinar cómo se desprendió. El avión involucrado en el incidente fue certificado hace dos meses y había realizado 145 vuelos desde su entrada en servicio comercial el 11 de noviembre.
Este incidente ha resaltado nuevamente las preocupaciones de seguridad en torno al modelo 737 Max de Boeing, y ha puesto en el foco la necesidad de abordar de manera efectiva los desafíos de seguridad y confiabilidad en la aviación comercial.