Taiwán entra en un año decisivo para frenar el expansionismo chino, comenzando por las elecciones de este sábado. Es el tema de nuestro editorial de este miércoles
«La muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; y por consiguiente, nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti», dice el poema de John Donne popularizado por Ernest Hemingway.
Aplicado al mundo en el que vivimos, podemos decir que lo que pase en Taiwán nos afecta en Puerto Ordaz, por ejemplo. De hecho, usted nos está leyendo gracias a los taiwaneses. Cada aparatico que usted usa en su día funciona gracias a los semiconductores. El televisor, el teléfono, la tableta, los electrodomésticos y hasta el carro. El mayor productor de esos semiconductores es Taiwán, faro de libertad y democracia a pocas millas de China.
Imagínese que esa isla caiga en manos de las garras comunistas de Xi Jinping. Por eso, las elecciones del próximo sábado en Taiwán son tan importantes. Estamos ligados a la humanidad.