BIDEN DOS

Por qué Estados Unidos no apoya la independencia de Taiwán

Joe Biden reafirma la postura de EE.UU. de no apoyar la independencia de Taiwán, equilibrando intereses estratégicos y relaciones con China.

En un momento de creciente tensión en Asia Oriental, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reiteró que su país no apoya la independencia de Taiwán. Esta declaración, que sigue a las elecciones presidenciales en Taiwán, en las que Lai Ching-te resultó electo, parece ser un esfuerzo por tranquilizar a Beijing y mantener el delicado equilibrio de poder en la región.

La posición de Biden viene después de comentarios previos que habían generado preocupaciones en China, sugiriendo que EE.UU. podría defender a Taiwán en caso de un ataque. Esta postura representa una desviación de la política de «ambigüedad estratégica» que Estados Unidos había mantenido históricamente.

A pesar de no apoyar la independencia de Taiwán, el gobierno de Biden ha expresado su compromiso con la preservación de la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán. El Secretario de Estado Antony Blinken felicitó a Lai Ching-te por su victoria y reiteró el interés de EE.UU. en trabajar con él, respetando la política de «una sola China» de Estados Unidos.

Aunque Estados Unidos no reconoce a Taiwán como un estado independiente, mantiene fuertes lazos no oficiales con Taipei y se opone a cualquier intento de tomar la isla autónoma por la fuerza, comprometiéndose a suministrarle armas para su defensa.

Esta posición ha sido un motivo de descontento para Beijing.

La administración de Biden ha estado tratando de equilibrar cuidadosamente su enfoque en las semanas previas a las elecciones en Taiwán, declarando que no tenía un candidato preferido pero que trabajaría estrechamente con quien resultara electo. Mientras tanto, China observaba con cautela cualquier señal de que Washington estaba inclinando la balanza a favor del Partido Progresista Democrático.

La relación de Estados Unidos con Taiwán, aunque compleja, se basa en un equilibrio de intereses estratégicos, políticos y económicos. El respeto a la política de «Una Sola China» permite a Estados Unidos mantener relaciones no oficiales con Taiwán y apoyar su defensa, sin provocar un conflicto abierto con China.

Esta estrategia de equilibrio es crucial para mantener la estabilidad en una región donde las tensiones geopolíticas son altas y los intereses de las grandes potencias a menudo se cruzan.