Con su decisión de no postularse nuevamente, Piñera abre camino para nuevos liderazgos en la derecha de cara a las elecciones presidenciales de 2025 en Chile.
Santiago de Chile, 18 de enero de 2024. En una decisión que resuena en el espectro político chileno, el expresidente Sebastián Piñera descartó la posibilidad de optar a un tercer mandato presidencial, allanando así el camino para la emergencia de nuevas figuras en la derecha de cara a las elecciones de 2025.
En una entrevista con la radio Duna, Piñera, quien lideró el país entre 2010-2014 y 2018-2022, expresó su intención de mantenerse activo en el debate político, aunque no como candidato. “Mi decisión hoy día es que no voy a postular por tercera vez a la presidencia, pero sí voy a seguir muy activo, muy comprometido, muy apasionado en el debate”, afirmó.
Esta renuncia marca un punto de inflexión en la coalición de derecha «Chile Vamos», conformada por Renovación Nacional (RN), partido de Piñera, y la Unión Democrática Independiente (UDI), entre otros. La decisión pone fin a las especulaciones sobre el futuro político de Piñera y abre un escenario de incertidumbre y expectativa sobre quién asumirá el liderazgo dentro de esta alianza.
El legado de Piñera y su familia en la política chilena es significativo. Su hermano, José Manuel Alberto Piñera Echenique, fue una figura clave durante la dictadura de Augusto Pinochet, siendo el arquitecto del sistema privado de pensiones y el Código de Minería. Estas políticas, especialmente el sistema de pensiones, han sido objeto de controversia y debate en Chile, y actualmente están en proceso de reforma.
La renuncia de Piñera desencadena un proceso de reconfiguración dentro de «Chile Vamos», que ahora debe enfrentar el desafío de elegir un candidato que unifique a la coalición y sea capaz de competir contra la izquierda y la ultraderecha, liderada por José Antonio Kast, presidente de Republicanos y exmiembro de la UDI.
La carrera hacia las elecciones presidenciales de 2025 promete ser un período de intensa actividad política en Chile, donde la derecha buscará redefinir su identidad y estrategia tras la era Piñera, mientras que los demás sectores políticos ajustarán sus tácticas en respuesta a este nuevo escenario.