Visita al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau marca un momento de reflexión para el magnate tecnológico.
Elon Musk, CEO de Tesla Inc. y propietario de la plataforma social X, realizó una visita privada al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau en Polonia, un acto simbólico en medio de acusaciones de antisemitismo en su red social. Durante su visita, calificó la experiencia como «increíblemente conmovedora» y un trágico recordatorio de lo que los humanos pueden hacerse entre sí.
Acompañado de figuras como el Rabino Menachem Margolin, el superviviente del Holocausto Gidon Lev, y el polémico comentarista conservador Ben Shapiro, Musk se sumergió en la historia del lugar donde aproximadamente 1.1 millones de personas, en su mayoría judíos, fueron exterminados por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Posteriormente, en una discusión organizada por la Asociación Judía Europea (EJA) en Cracovia, Musk defendió su plataforma X, anteriormente conocida como Twitter.
Aunque no se refirió directamente a una publicación antisemita que amplificó en noviembre y que desencadenó críticas generalizadas y la suspensión de publicidad de marcas importantes como Apple Inc. y Walt Disney Co., Musk reconoció sus errores diciendo: «De vez en cuando hago algo tonto».
Durante su viaje a Israel en noviembre, donde se reunió con líderes como el primer ministro Benjamin Netanyahu y el presidente Isaac Herzog, no se observó un cambio notable en el tono de Musk o en X.
La plataforma también ha experimentado un aumento en el odio anti-musulmán y anti-árabe.
En la conferencia de Cracovia, Musk admitió su «ingenuidad» sobre la propagación del antisemitismo y reiteró un comentario anterior en el que se describía a sí mismo como «judío aspiracional». Durante la conversación con Shapiro, ambos abordaron varios temas controvertidos, incluyendo la corrupción en las universidades de élite.