En respuesta a movimientos militares de EE.UU., Rusia contempla una estrategia nuclear en el patio trasero americano.
En un giro que recuerda la tensión de la Guerra Fría, Rusia ha planteado la posibilidad de desplegar armas nucleares en América Latina, específicamente en Cuba, Nicaragua y Venezuela. Esta propuesta, lanzada por el primer vicepresidente del Comité de Defensa de la Duma Estatal, Alexei Zhuravlev, surge como una reacción directa a los movimientos militares de Estados Unidos en Europa, particularmente al planificado emplazamiento de ojivas nucleares en el Reino Unido.
«Gran Bretaña tiene su propio arsenal nuclear, y Estados Unidos tiene armas nucleares en bases militares en siete países de la Unión Europea ubicados mucho más cerca de Rusia, por lo que es poco probable que esto afecte la situación político-militar general», dijo Zhuravlev, citado por el medio http://News.ru . «En cuanto a nuestros misiles más cercanos a Estados Unidos, por ejemplo, durante mucho tiempo he estado a favor de suministrar lanzadores y submarinos a la amiga Cuba, Venezuela y Nicaragua», añadió.
Estas declaraciones resaltan la posibilidad de un nuevo episodio en la larga historia de confrontaciones entre las superpotencias, esta vez en territorio latinoamericano. El contexto geopolítico actual parece revivir las tensiones de décadas pasadas, con implicaciones significativas para la región.
El coronel retirado del Ejército de Rusia, Víctor Baranets, también se ha pronunciado sobre esta cuestión, sugiriendo que Rusia podría transferir misiles de crucero a estos países «en un futuro próximo». «En lugar de armas nucleares, pueden aparecer misiles con un alcance de 2.500 kilómetros en la Isla. En caso de peligro, Rusia podrá atacar importantes instalaciones de infraestructura en Estados Unidos», comentó para el medio ruso PToday.
La posibilidad de que Rusia extienda su influencia militar a América Latina ha sido un tema recurrente, y las recientes declaraciones de Zhuravlev y Baranets solo intensifican el debate. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación cómo esta situación podría alterar el delicado equilibrio de poder global.
La historia nos ha enseñado que las tensiones entre superpotencias pueden tener consecuencias impredecibles. La propuesta de Rusia de desplegar armas nucleares en América Latina no es solo un asunto de política internacional, sino también una cuestión que podría afectar directamente la estabilidad y seguridad de la región.