La FIFA eligió el emblemático estadio MetLife para la final de la Copa Mundial 2026, un evento histórico para Estados Unidos, México y Canadá.
El mundo del fútbol tiene una nueva cita ineludible: la final de la Copa Mundial de la FIFA 2026, que se celebrará en el imponente MetLife Stadium de East Rutherford, Nueva Jersey. Este anuncio, realizado por la FIFA el pasado domingo, marca un hito en la historia de los torneos internacionales, al ser la primera vez que el evento más prestigioso del fútbol será coorganizado por tres países: Estados Unidos, México y Canadá.
La elección del MetLife Stadium, con su capacidad para más de 80.000 espectadores y una infraestructura de primer nivel, subraya la importancia de este evento. La final, programada para el domingo 19 de julio de 2026, promete ser una celebración inolvidable del deporte rey.
Mientras tanto, el partido por el tercer puesto se llevará a cabo en el Hard Rock Stadium de Miami, Florida, destacando la diversidad de sedes y la riqueza cultural de los países anfitriones. La Copa Mundial se inaugurará el 11 de junio de 2026 en la icónica Ciudad de México, en el Estadio Azteca, seguido por los partidos inaugurales de Canadá en Toronto (BMO Field) y de Estados Unidos en Los Ángeles (SoFi Stadium) el 12 de junio, estableciendo el tono de un torneo que promete ser histórico.
La selección de ciudades sede y estadios refleja el compromiso de la FIFA con la excelencia y la accesibilidad, garantizando que los aficionados de todo el mundo puedan disfrutar de la competición en algunas de las mejores instalaciones deportivas disponibles. Estados Unidos, con 11 ciudades incluyendo Atlanta, Boston, Dallas y más, lidera la lista, seguido por México y Canadá, que aportan la riqueza de su patrimonio futbolístico al torneo.
Este evento no solo es una oportunidad para celebrar el fútbol a nivel mundial, sino también para reafirmar el legado de Estados Unidos como sede de eventos deportivos de clase mundial, recordando los Mundiales masculino de 1994 y femeninos de 1999 y 2003. La elección del MetLife Stadium, lejos de los previos escenarios del Rose Bowl en Pasadena y Washington D.C., marca el inicio de un nuevo capítulo en la historia de los Mundiales en territorio estadounidense.