Javier Milei se posiciona como un aliado clave de Israel, prometiendo acciones contundentes en materia de seguridad y diplomacia.
En un movimiento diplomático de considerable peso, Argentina se alinea más estrechamente con Israel. Durante su visita a Jerusalén, el presidente argentino, Javier Milei, manifestó su intención de designar al grupo islamista Hamás como organización terrorista, y confirmó el traslado de la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén. Este gesto no solo reafirma el apoyo de Argentina a Israel sino que también marca un cambio significativo en la política exterior argentina, tradicionalmente más cautelosa en sus posicionamientos sobre el conflicto israelí-palestino.
Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, no tardó en expresar su gratitud por el «apoyo incondicional» del gobierno argentino al derecho de Israel a defenderse. «Compartimos el deseo de prosperidad, seguridad y paz. Sabemos que el mayor desafío para la paz en nuestra región, pero también en la suya, es Irán», declaró Netanyahu, subrayando la importancia de la cooperación entre ambos países en seguridad y diplomacia.
La decisión de Milei de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel y trasladar allí la embajada argentina sigue los pasos de otros países que han adoptado medidas similares tras la iniciativa de Estados Unidos en 2018. Esta acción, considerada controvertida dentro de la comunidad internacional, simboliza un respaldo firme a Israel y a su gestión del conflicto con Palestina.
Además, Netanyahu y Milei acordaron la creación de delegaciones comerciales conjuntas y fomentar el libre comercio entre los dos países. «Podemos hacer grandes cosas juntos», afirmó Netanyahu, señalando el potencial de una alianza estratégica en diversos campos más allá de la política exterior.