El autor destaca que el principio de reciprocidad implica aplicar sanciones contra los individuos que ejercen cargos públicos en los países considerados agresores.
Por Julio Castellanos
Tras la violación de los acuerdos de Barbados, principalmente por negar la celebración de elecciones libres y justas a raíz de las inhabilitaciones políticas, una larga lista de países han expresado su rechazo al autoritarismo y han decidido renovar la política de sanciones a Venezuela. Desde el gobierno nacional se ha respondido a tales señalamientos con expresiones como: “Venezuela es soberana” o “Venezuela exige respeto a sus asuntos internos” pero no han recurrido, sorprendentemente, al ejercicio del principio de reciprocidad.
Dado que soy politólogo de la República de Venezuela, es decir, estoy al servicio del país, más allá de mi gusto o disgusto con la administración actual, debo recomendar a la Cancillería algunas medidas que se me ocurren para que un país soberano ejecute, en el marco del principio de reciprocidad, contra aquellos otros gobiernos soberanos que han exigido el cumplimiento de los acordado en Barbados.
Dado que las sanciones contra el país son, en su mayoría, sanciones personales contra individuos, el principio de reciprocidad implica ejercer lo propio contra los individuos que ejercen cargos públicos en los países considerados agresores. En ese sentido, debe procederse con las siguientes medidas:
- Prohibir a los ciudadanos norteamericanos Joe Biden, Donald Trump y Barack Obama, presidentes que han osado cometer el grave crimen de pedir elecciones libres y justas en Venezuela, el abrir cuentas en los bancos públicos y privados venezolanos, la tenencia de bolívares y el uso del servicio celular de pago móvil.
- Prohibir a Joe Biden, Donald Trump y Barack Obama, a sus familias y allegados, el uso de los hospitales, ambulatorios y CDI’s adscritos a la excelentísima red pública de salud nacional. Esta medida es particularmente dolorosa considerando que los sancionados son personas de la tercera edad y se verán desprovistos de la atención de calidad que los venezolanos en ese rango etario reciben dignamente dentro de nuestro país.
- Prohíbir a Joe Biden, Donald Trump y Barack Obama, a sus familiares y allegados, cupo en las escuelas, liceos y universidades públicas de Venezuela. Así mismo, extender la prohibición a todos los funcionarios y asesores de tales individuos ligados al gobierno norteamericano que se encuentran matriculados en las universidades oficiales de Venezuela, a efectos de impedirles el uso del transporte universitario, los comedores escolares y todos los servicios de bienestar estudiantil que dignamente ofrece la nación a sus jóvenes.
- Congelar los trámites de Joe Biden, Donald Trump y Barack Obama, ante la Gran Misión Vivienda Venezuela a efectos de impedir que dichos funcionarios y ex funcionarios utilicen su dinero mal habido en la adquisición de bienes inmuebles en nuestro país así como también cualquier trámite ante la banca nacional para la obtención de algún crédito inmobiliario. En este punto debe hacerse énfasis en que la vivienda y el crédito inmobiliario es un derecho que solo debe gozar, disfrutar y satisfacer a los venezolanos.
- Suspender la entrega de la caja CLAP, combo proteico y cilindros de gas doméstico a los individuos Joe Biden, Donald Trump y Barack Obama, sus familiares y allegados, a razón de que solo los venezolanos deben recibir tales servicios semanalmente y en cada casa. El derecho a la alimentación y a la vida digna es solo para los venezolanos.
- Se autoriza a cada funcionario policial del país, una vez identificado a los señores Joe Biden, Donald Trump y Barack Obama en plena circulación por calles y avenidas, se proceda a exigirle “algo pa’ los frescos” so pena de multa. El derecho a servicios decentes y respetuosos de seguridad ciudadana es solo para los venezolanos, los agentes extranjeros con pretensiones imperialistas si deben ser objeto de tales maltratos.
- Finalmente, es bien sabido que los niños, niñas y adolescentes norteamericanos se sienten totalmente ajenos a la cultura decadente de los superhéroes como Batman, Superman o los Avengers, al contrario, las redes sociales muestran que ellos se desviven por poseer como juguetes al auténtico ídolo de esta generación, es decir, a superbigote. En tal sentido, se debe aprobar, como una medida unilateral y coercitiva contra todo el pueblo norteamericano, la prohibición de la exportación de Venezuela hacia USA de este apreciado y estratégico juguete. Nos duele atentar contra la salud mental de los niños, niñas y adolescentes norteamericanos pero toda la responsabilidad recae sobre sus irresponsables presidentes Joe Biden, Donald Trump y Barack Obama por atentar contra la soberanía de Venezuela y su derecho inalienable de inhabilitar, judicializar, intervenir y censurar a cualquier venezolano que no comprenda los beneficios de la Revolución.
Todas estas medidas solo requieren publicación mediante decreto en Gaceta Oficial y su aplicación puede ser inmediata. De hecho, otros países sancionados como Rusia e Irán, no padecen Crisis Humanitarias Complejas, ni deterioro de los salarios, ni crisis migratoria alguna, al contrario, son capaces de enfrentarse militarmente al imperialismo y no solo con discursos y aplausos en programas televisivos. Debe quedar claro que los países sólo son soberanos cuando pueden actuar, en el plano de las relaciones internacionales, con apego y efectividad al principio de reciprocidad.
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