En una reunión en Bruselas, la Unión Europea se solidariza con la viuda de Navalny y discute sanciones adicionales contra Rusia, marcando dos años de conflicto en Ucrania.
La Unión Europea (UE) ha manifestado su firme apoyo a Yulia Navalnaya, la viuda del líder opositor ruso Alexei Navalny, quien falleció recientemente en una prisión del Ártico.
Este lunes, Yulia asistió a una reunión en Bruselas con los ministros de Exteriores de los 27 países miembros de la UE, liderada por Josep Borrell, el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, quien no dudó en atribuir la «responsabilidad exclusiva» de la muerte de Navalny al presidente ruso, Vladimir Putin.
Durante el encuentro, que se llevó a cabo a puerta cerrada, Borrell expresó que «Putin y su régimen tendrán que rendir cuentas por la muerte de Alexei Navalny», resonando con el mensaje de Yulia Navalnaya, quien afirmó que «Putin no es Rusia, y Rusia no es Putin».
Este acto de solidaridad hacia Navalnaya fue precedido por un aplauso de pie por parte de los ministros al ingresar al recinto, demostrando el alto grado de apoyo y respeto hacia su figura y la causa que representa.
Yulia Navalnaya, quien ha prometido continuar el activismo de su esposo, encontró en la UE un aliado clave en su lucha por la justicia y el reconocimiento de los derechos humanos en Rusia.
La reunión en Bruselas no solo sirvió para reafirmar este apoyo sino también para discutir asuntos críticos como la guerra en Ucrania, provocada por la invasión rusa, que se acerca a su segundo aniversario.
Además, los Veintisiete están en proceso de preparar el decimotercer paquete de sanciones contra Rusia, con la intención de incluir en la lista a empresas chinas que colaboren con Rusia, en un esfuerzo por aumentar la presión sobre el Kremlin. Sin embargo, el paquete de sanciones enfrenta obstáculos, como el bloqueo por parte de Hungría, lo que destaca las complejidades políticas dentro de la UE en su enfoque hacia Rusia.
Este encuentro en Bruselas refleja un momento crucial en las relaciones entre la UE y Rusia, marcado por un claro posicionamiento en contra de las acciones del gobierno de Putin y una solidaridad inequívoca con los defensores de los derechos humanos y la oposición en Rusia.