Acusaciones de antisemitismo y la trivialización del Holocausto marcan el último capítulo en el deterioro de las relaciones entre Israel y Brasil.
El gobierno de Israel ha expresado su firme condena hacia las recientes declaraciones del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en las que comparó la situación actual en la Franja de Gaza con el Holocausto.
Este comentario ha desatado una ola de críticas por parte de las autoridades israelíes, quienes acusan a Lula de antisemitismo y de trivializar el genocidio nazi contra los judíos europeos durante la Segunda Guerra Mundial.
Las relaciones entre Brasil e Israel, ya tensionadas desde el regreso al poder de Lula el año pasado, se han visto aún más afectadas tras estas declaraciones. Lula, quien se ha posicionado como líder del «Sur Global», hizo sus comentarios durante la cumbre de la Unión Africana en Etiopía, provocando una reacción inmediata de Israel.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que las palabras de Lula «trivializaban el Holocausto» y «cruzaban una línea roja», acusándolo además de ser un «antisemita virulento».
En respuesta, el ministro de Asuntos Exteriores, Israel Katz, convocó al embajador de Brasil en Israel para una reprimenda, calificando los comentarios de Lula de «vergonzosos y graves».
La guerra en Gaza, que se intensificó tras un ataque de milicianos de Hamás el 7 de octubre, ha resultado en un elevado número de muertos y daños significativos, generando críticas internacionales hacia Israel. Lula, quien ha calificado previamente las acciones de Israel en Gaza como un genocidio, apoyó la demanda de Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia de la ONU, acusando a Israel de genocidio.
Este último comentario de Lula, comparando directamente las acciones del gobierno israelí con el Holocausto, marca la primera vez que realiza una comparación tan directa, lo que ha exacerbado las tensiones diplomáticas entre ambos países.
En medio de estas críticas, Lula ha condenado el ataque inicial de Hamás pero ha abogado por un alto el fuego, argumentando que no hay justificación para la matanza indiscriminada de civiles.