DDHH

Empleados de la ONU en Venezuela se trasladan a Panamá tras suspensión de actividades por Maduro

La oficina de derechos humanos de la ONU continúa su labor desde Panamá, tras la orden de cese de operaciones en Venezuela por parte del régimen de Maduro.

Los 13 empleados de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU en Venezuela ya no se encuentran en el país. Tras la orden del régimen de Nicolás Maduro de suspender sus actividades, el equipo se ha reubicado en Panamá, donde seguirán llevando a cabo su labor de monitoreo sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela.

Marta Hurtado, portavoz de la Oficina que dirige el alto comisionado Volker Türk, confirmó este martes el traslado, subrayando la capacidad del organismo de continuar su trabajo de forma remota gracias a su mandato global.

Maduro había acusado a la Oficina de transformarse en un centro de «espionaje interno» y de «conspiración interna», calificándola incluso como el «bufete de abogados de terroristas, conspiradores, golpistas y magnicidas de Venezuela».

«Hasta tanto esa oficina no respete la letra de Naciones Unidas, la independencia y soberanía de Venezuela y no rectifique y pida disculpas públicas, no volverá al país. Esperemos que rectifiquen», declaró el presidente venezolano en su programa semanal de televisión.

La salida del equipo se produjo el sábado, cumpliendo el plazo de 72 horas establecido por el régimen venezolano para que abandonaran el país.

Esta medida marca un punto de inflexión en la cooperación entre Venezuela y la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, que había sido reforzada con un acuerdo firmado en 2019 por la antecesora de Türk, la chilena Michelle Bachelet. Dicho acuerdo buscaba mejorar la cooperación en materia de derechos humanos, permitiendo la presencia continua en el país de oficiales de derechos humanos de la ONU.

La decisión de suspender las actividades de la Oficina en Venezuela se anunció un día después de que el relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación, Michael Fakhri, denunciara que el Gobierno venezolano le impidió visitar centros de detención y que las autoridades modificaron constantemente su agenda durante su estancia de dos semanas en el país.