Un acuerdo militar entre Irán y Rusia introduce cientos de misiles balísticos en el arsenal ruso, marcando un avance significativo en la colaboración entre los dos países sancionados.
En un desarrollo que profundiza la cooperación militar entre Irán y Rusia, la República Islámica ha suministrado a Moscú un gran número de misiles balísticos tierra-tierra, marcando un avance significativo en las relaciones entre ambos países, actualmente bajo sanciones de Estados Unidos.
Según informes de la agencia de noticias Reuters, que cita seis fuentes anónimas, este lote incluye cerca de 400 misiles de la familia Fateh-110, como el Zolfaghar, con capacidades para alcanzar objetivos a distancias de entre 300 y 700 kilómetros. Estos misiles, conocidos por su precisión y movilidad, podrían alterar significativamente el equilibrio de poder en los conflictos actuales en los que Rusia está involucrada.
Los envíos, que comenzaron a principios de enero tras acuerdos cerrados en reuniones el año pasado entre funcionarios de ambos países, han sido confirmados por varias fuentes iraníes. Aunque tanto el Ministerio de Defensa de Irán como el de Rusia han mantenido silencio sobre estas afirmaciones, las implicaciones de tal cooperación son vastas, tanto en términos militares como diplomáticos.
El acuerdo se produce en un momento crítico, con el Consejo de Seguridad de la ONU habiendo levantado restricciones sobre la exportación iraní de ciertos tipos de armamento en octubre, aunque tanto Estados Unidos como la Unión Europea continúan aplicando sanciones específicas al programa de misiles balísticos de Teherán.
Este movimiento ha generado preocupación en Washington, donde el portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, expresó temores sobre la adquisición por parte de Rusia de misiles balísticos de corto alcance de Irán, además de las armas suministradas previamente por Corea del Norte.
La entrega de estos misiles, capaces de causar «daños considerables» según expertos, no solo refuerza el arsenal militar ruso sino que también plantea preguntas sobre el futuro de la estabilidad regional y las dinámicas de poder global. Mientras tanto, las declaraciones de funcionarios ucranianos sobre la fiabilidad de las municiones norcoreanas contrastan con la presunta precisión de las armas iraníes, lo que podría significar un cambio en la estrategia rusa en el teatro de operaciones.