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Delcy Rodríguez dice que responderán a «las groseras violaciones» de Guyana

Delcy Rodríguez dice que responderán a «las groseras violaciones» de Guyana

Delcy Rodríguez acusa a Guyana de violar derechos internacionales, mientras Irfaan Alí defiende la integridad territorial de su nación.


En el último episodio de una larga serie de controversias que parecen sacadas de un guion de suspenso geopolítico, Venezuela y Guyana vuelven a estar en el ojo del huracán. Esta vez, la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, tomó la red social X para lanzar una serie de acusaciones contra el presidente de Guyana, Irfaan Alí, en una narrativa que mezcla derechos internacionales con reclamos territoriales no resueltos.

Rodríguez acusó a Alí de actuar con «total desparpajo» al otorgar concesiones en áreas marítimas aún sin delimitar, una jugada que, según ella, viola flagrantemente el Acuerdo de Ginebra de 1966. “A confesión de parte, relevo de prueba. El Presidente de Guyana… reconoce que violenta y desconoce abiertamente las obligaciones de Guyana… y que dispone unilateralmente de un mar pendiente por delimitar», declaró Rodríguez en su explosivo tweet.

Por otro lado, Irfaan Alí, lejos de retroceder, defendió la posición de Guyana con una confianza que parece inquebrantable. En una entrevista, Alí aseguró que no hay «ninguna duda» sobre la integridad territorial de Guyana, invitando a Venezuela a respetar cualquier fallo que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) pueda emitir sobre este espinoso asunto.

Este nuevo capítulo en la saga Esequibo no hace sino recalcar la complejidad y la antigüedad del conflicto. Venezuela sostiene que el Laudo Arbitral de 1899, que estableció los límites fronterizos entre ambos países, fue fraudulento y se niega a reconocerlo, manteniendo firme su reclamación sobre el territorio Esequibo.

«Nuestra respuesta será proporcional a las groseras violaciones de Guyana y sus amos imperiales», concluyó Rodríguez, dejando entrever que Venezuela no está dispuesta a ceder ni un ápice en su reclamación.

Mientras tanto, Alí parece jugar una carta de calma y confianza en el sistema internacional, asegurando a sus inversores y al pueblo guyanés que no tienen de qué preocuparse.