Encrucijada nuclear: Director de la OIEA suena la alarma tras reunión con Putin

GROSSI

El director del OIEA, Rafael Grossi, destaca los desafíos de seguridad nuclear en su encuentro con Putin y la situación global tensa.

En un contexto global marcado por tensiones geopolíticas y desafíos nucleares sin precedentes, Rafael Grossi, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), compartió perspectivas clave sobre la seguridad nuclear y su reciente reunión con el presidente ruso, Vladimir Putin.

Las entrevistas concedidas a Radio Mitre y Radio Rivadavia no solo arrojaron luz sobre las preocupaciones actuales del OIEA, sino que también enfatizaron la urgencia de una diplomacia efectiva en momentos críticos.

El foco de atención se centró en tres áreas principales: la situación en la central nuclear de Zaporizhzhia, ocupada por Rusia y escenario de potenciales riesgos de seguridad; la aceleración del programa nuclear iraní, y el temor a una escalada nuclear incontrolable derivada de conflictos globales interconectados. Grossi describió la condición de Zaporizhzhia como «tremendamente frágil» y destacó la importancia de «santuarizar» la planta para evitar cualquier bombardeo o militarización que pudiera tener consecuencias radiológicas desastrosas.

El encuentro con Putin en Sochi se calificó de «muy intenso», y Grossi señaló el alto conocimiento técnico del presidente ruso sobre temas nucleares. Aunque las preocupaciones de seguridad compartidas por el OIEA y Rusia difieren en sus razones subyacentes, la reunión reflejó un esfuerzo conjunto por mantener la planta de Zaporizhzhia fuera del alcance bélico.

En cuanto a Irán, Grossi expresó su preocupación por el avance del programa nuclear iraní en un ambiente de inspecciones dificultadas y declaraciones provocativas. El OIEA busca una mayor transparencia y se prepara para dialogar con Teherán, intentando mitigar el riesgo de una nueva proliferación nuclear.

Este «cocktail preocupante» de desafíos nucleares, como lo describió Grossi, destaca la complejidad de la situación internacional y la interconexión de los conflictos regionales. A pesar de este panorama sombrío, el director del OIEA recordó el propósito fundamental del multilateralismo y la importancia de evitar «lo peor» en términos de confrontación nuclear.

La tarea del OIEA, en palabras de Grossi, es prevenir una catástrofe nuclear, siguiendo la máxima de Dag Hammarskjöld sobre el papel de las Naciones Unidas no como portadores del paraíso, sino como guardianes contra el infierno. Este compromiso con la seguridad y la estabilidad globales es más crucial que nunca, en un momento en que el mundo enfrenta la posibilidad de una nueva era nuclear y los riesgos asociados a ella.

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