En el marco de un Congreso Internacional y previo al Día Internacional de la Mujer, el Papa resalta la importancia de valorar y educar a las mujeres para superar la violencia y desigualdad.
El Papa Francisco, en una intervención durante el Congreso Internacional Interuniversitario ‘Mujeres en la Iglesia: artífices de lo humano’, ha lanzado un mensaje poderoso sobre la situación actual de las mujeres en el mundo. Justo antes del Día Internacional de la Mujer, el pontífice ha señalado que, a pesar de los avances, las mujeres «siguen sufriendo tanta violencia, desigualdad y maltratos», subrayando la urgencia de atender a estas problemáticas para alcanzar sociedades más justas y equitativas.
La educación de las niñas es, según Francisco, una de las piedras angulares para construir un futuro mejor. «En muchos contextos es temida», señaló refiriéndose a la formación femenina, que a menudo se encuentra limitada por prejuicios y discriminaciones. Sin embargo, el Papa argumenta que «el camino hacia sociedades mejores pasa justamente por la educación de las niñas», una visión que pone de manifiesto la importancia de garantizar el acceso a la educación para todas las personas sin distinción.
El líder de la Iglesia Católica no solo destacó la inteligencia y capacidad de amor de las mujeres, sino también su «capacidad única de compasión», su intuición y su inclinación natural hacia el cuidado de los demás. En un mundo «desgarrado por el odio», donde prevalecen «la violencia, la guerra y las ideologías», la contribución femenina se torna más indispensable que nunca, aseguró Francisco. Las mujeres, dijo, «saben unir con la ternura», un valor esencial en tiempos de crisis humanitarias y desafíos globales.
Además, el Papa reafirmó el papel crucial de las mujeres dentro de la Iglesia, destacando que «la Iglesia las necesita» porque «es mujer: es hija, es madre, es esposa». Esta declaración subraya la necesidad de reconocer y valorar la grandeza y el papel de las mujeres en todas las esferas de la sociedad, incluida la espiritual.
El llamado de Francisco a «encontrar caminos adecuados para que la grandeza y el papel de las mujeres sean más valorados en el Pueblo de Dios» es un eco de la creciente demanda mundial por la igualdad de género y el fin de la discriminación. A través de sus palabras, el Papa invita a reflexionar sobre la importancia de las mujeres en la construcción de un mundo más justo, pacífico y humano, marcando un paso adelante en la lucha por los derechos y la dignidad de todas las personas.